Familia llora la muerte de Blas Olivo

Bonao. Los restos del periodista Blas Olivo Santana fueron sepultados ayer en el cementerio Caracol sin que se extrañaran los reclamos de justicia por su muerte a tiros, la noche del domingo.

Bonao. Los restos del periodista Blas Olivo Santana fueron sepultados ayer en el cementerio Caracol sin que se extrañaran los reclamos de justicia por su muerte a tiros, la noche del domingo. José Olivo, primo del fallecido, manifestó que el cadáver “estaba bien violado (golpeado). Cuatro balazos según la versión… Hay que esperar los resultados”.

Aquel hombre inofensivo y sano, según describieron algunos de los asistentes a su entierro, estaba casado con Raquel de la Cruz, dejó en la orfandad a cuatro hijos de 5, 7, 12 y 20 años y tenía 21 hermanos, 11 de los cuales eran fruto de una misma unión. Los familiares de Olivo abordados por elCaribe expresaron que no tienen conjeturas sobre qué habría motivado a criminales a arrebatarle la vida y se han dispuesto a esperar los resultados de las investigaciones policiales. También se han sujetado a una fuerza mayor. “Nada pasa en la tierra Maestro que tú no veas”, oraba ayer una pariente frente al ataúd del difunto. Al entierro asistieron más de 300 personas.

Olivo Santana murió la misma noche que acudió a un acto religioso en honor a su madre fallecida, en su natal Bonao. El domingo, después de la misa en memoria de Isabel Santana, el comunicador le había comentado a su primo José Olivo que se sentía enfermo, tanto así que no sabía si podría guiar de vuelta a Santo Domingo. Nunca lo hizo.

El difunto se desempeñó por varios años como director de Prensa de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) y al momento de su muerte era director de Relaciones Públicas del Merca Santo Domingo. El presidente de la JAD, Osmar Benítez, subrayó que Olivo dedicó su vida a trabajar con productores agrícolas.
“Probablemente no hubo otro periodista con un conocimiento más terminado de la realidad que viven los agricultores dominicanos”, dijo Benítez sobre el fallecido, quien fue hallado en una finca de Piedra Blanca la mañana del lunes.

“Ay mi padre”, gritó una adolescente de 12 años, justo antes de perder el equilibrio en el cementerio. Era una de las hijas de Blas Olivo, a quien nunca le faltó nada, según testimonió su madre, Yanira Brito. “Ni siquiera hablaba duro y siempre estuvo ahí cuando su hija necesitaba… él no tenía enemigos”, contó la expareja de Olivo.

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