De cara al panorama político presente se ha incrementado el ejercicio de la opinología, con el surgimiento de opinólogos al granel, que “analizan y desmenuzan” todo en el quehacer partidario, son tan osados que hasta hacen pronósticos y vaticinios sin el menor rubor y se creen dueños absolutos de la verdad, buscándole la quinta pata al gato en toda situación que emerge y, cuales oráculos de nuevo tipo, tal pareciera que poseen y trabajan frente a una bola de cristal para adivinar lo que viene. Y como aquí todo, o casi todo, se toma a chercha y se hace un deporte, probablemente en breve los veremos “organizados”, planteando recetas para solucionar problemas y haciendo demandas de subvenciones y pensiones. Ese es nuestro país y nuestra gente…
Sector externo
La campaña electoral ¿qué se avecina? traerá consigo un valor agregado: el llamado Sector externo, que, aunque ya hizo pininos en jornadas similares anteriores, se considerará vital y de primer orden en la estructuración de las estrategias de los candidatos que realmente aspiran al triunfo. Talvez por eso, en cada parcela hay aspirantes pesados a manejar esa estructura dentro de la campaña, toda vez que por ahí habrá una gestión fuerte de recursos humanos, económicos y logísticos. Además, se vaticinan inesperados destapes de figuras conocidas de diversos quehaceres de la vida pública adhiriéndose a uno que otro de los candidatos presidenciales que terciarán en las elecciones y nada mejor que hacerlo a través de las estructuras del Sector externo, porque buscando incorporarse al proselitismo por vía de los canales partidarios tradicionales hay más obstáculos de los que cualquiera se imagina. Tienen razón entonces los amigos que con tanto énfasis me han asegurado que “los vagones están llenos en todos los partidos, ya no caben más pasajeros, y nadie quiere echarse a un lado para que uno que llega nuevo se acomode y le tome el asiento, porque después del triunfo, nadie quiere levantarse”. ¡Je, je, je…!
