Seguridad y transporte hacia Haití

El ministro de Defensa, teniente general Máximo William Muñoz Delgado, se ha quejado del incumplimiento haitiano de los acuerdos binacionales para brindar seguridad a los transportistas. Es bueno que haya hablado, porque lo habitual es que las quejas&#8

El ministro de Defensa, teniente general Máximo William Muñoz Delgado, se ha quejado del incumplimiento haitiano de los acuerdos binacionales para brindar seguridad a los transportistas. Es bueno que haya hablado, porque lo habitual es que las quejas de este lado sólo provengan de los simples, mientras el Gobierno calla.

Pero la queja del Ministro está llena de ingenuidad. Es que la vocación de Haití es incumplir los acuerdos. Equivalen a meras palabras, aunque el liderazgo del Estado dominicano haga lo imposible por cumplir a pie juntillas todo lo negociado.

El principal obstáculo es la tradición de incumplimiento, más la ingobernabilidad. Se junta a todo eso los problemas cotidianos en la isla. Cualquier conflicto entre vecinos dominicanos con haitianos se interpreta en el oeste como una agresión. De ese modo, la hostilidad en Haití hacia República Dominicana se ha acrecentado enormemente después de las negociaciones pos sentencia.

De modo que tendremos que acostumbrarnos a quejas como la formulada por el jefe de Defensa e insistir en que las autoridades haitianas se esfuercen en mejorar su seguridad interna en tanto persistan las amenazas contra los transportistas.

En el ínterin, ofrecemos la siguiente propuesta para disminuir los riesgos para los transportistas dominicanos.

El Estado dominicano podría mejorar las aduanas fronterizas, construyendo facilidades al borde del llamado territorio “tierra de nadie”. Serían depósitos de escala, donde los transportistas dominicanos podrían dejar las mercancías destinadas a Haití. Desde ese punto, transportistas haitianos las llevarían a su destino final.

Quizás desde ya ese procedimiento podría ponerse en práctica mientras se discute la idea de construir los depósitos, necesarios desde cualquier punto de vista. En lo inmediato, se habilitaría un espacio abierto de transferencia donde transportistas criollos entregarían las cargas consignadas a colegas haitianos. Es sólo cambiar el cabezote que arrastraría el furgón con la mercancía destinada en Haití. Eso no impide que algunos transportistas dominicanos hagan la entrega a destino final.

Naturalmente, esta propuesta encarecería los costes de los negocios, pero mientras avanza la civilización, se baja la tensión y se aumenta la seguridad de nuestros transportistas. 

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