Pescadores usan puente flotante sobre el Ozama

Sentados sobre el borde del puente flotante de la capital una veintena de pescadores preparaba su anzuelo y alzaba los pescados que servirán para completar su sustento o el plato de su comida.

Sentados sobre el borde del puente flotante de la capital una veintena de pescadores preparaba su anzuelo y alzaba los pescados que servirán para completar su sustento o el plato de su comida.José Arias Paredes es uno de pescadores que comienzan su día allí a las 7:00 de la mañana y quien asegura que lo que en las aguas del río Ozama se recoge es limpio, “porque si no todo el mundo estuviera muerto”.

“Como está este país que uno no halla nada, si yo pudiera secar el río lo secara, para venderlo todo (los peces)”, comenta este pintor a elCaribe. Un señor agrega a la conversación que los pescados “no están contaminados”. Juan Oscar Marchena, de 61 años, tiene muchos años recogiendo los peces del Ozama para consumo propio y, sobre todo, para pasar el tiempo.

El origen de esta conversación está en la casualidad: Un equipo de elCaribe cruzaba la avenida Francisco Alberto Caamaño Deñó cuando los hombres en fila sobre el puente despertaron la curiosidad.

Pero los testimonios de estos individuos dejan claro que se trata de una actividad que ellos practican con mucha frecuencia y que se acelera durante los fines de semana. Los cubos llenos de mojarras evidencian que las aguas de uno de los ríos más contaminado del país tienen mucha vida.

Ese día, Arias Paredes llevaba más de 50 pescados. Hacía poco que había tenido “un día bueno”, con 88 peces atrapados, traducidos a una venta de 330 pesos. También hay días malos, como cuando nada brota del agua. “Yo los ensarto y me voy por ahí a venderlos a la calle, donde sea”, explica al cuestionarle dónde hace la venta. Otro de los pescadores abordados explicó que no los vende, “porque es más el trabajo” de pescar que los pesos que ganarán.

El puente flotante conecta las avenidas Francisco Alberto Caamaño Deñó, en el Distrito Nacional, y Miguel Barceló, en Santo Domingo Este.

“No nos tiren fotos”

Algunos de los pescadores que acostumbran ir al puente cuestionaron con insistencia por qué los periodistas se encontraban ahí y hacían fotos. Su preocupación radicaba en que un reporte a esta práctica podría detenerle momentáneamente la pesca, según explicaron.

Estos hombres para pescar necesitan dos cosas: una caña rústica hecha con un pedazo de tubo e hilo nylon y una carnada que puede ser camarones o trozos de limo. 

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas