Sin remedio

A la vez que se saluda su positivo efecto, no puede evitarse el desaliento ante la medida de la Amet de desalojar o controlar limpiavidrios, parqueadores, así como vendedores ambulantes, de calles e intersecciones viales. Su aplicación será temporal,&#

A la vez que se saluda su positivo efecto, no puede evitarse el desaliento ante la medida de la Amet de desalojar o controlar limpiavidrios, parqueadores, así como vendedores ambulantes, de calles e intersecciones viales. Su aplicación será temporal, ante nuestra caótica realidad social e institucional. La Amet bajará la guardia tarde o temprano y esas personas retornarán a dichas actividades, su medio de sobrevivir en una nación de profunda desigualdad, pobreza mayoritaria y economía informal. Esos “picadores” serán una imbatible estampa urbana mientras persistamos como una nación sin efectivo desarrollo humano. En la coyuntura, celebro la iniciativa; pero sin un verdadero remedio para la enfermedad, me inclino por filosofar: al menos no están en la delincuencia. 

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