A los niños también les preocupa su imagen

En la actualidad, nadie se escapa de la presión social que ejerce la industria de la moda, y ahora, también del fitness, para que la gente logre tener una silueta esbelta con “cuadritos” marcados en los abdominales.

En la actualidad, nadie se escapa de la presión social que ejerce la industria de la moda, y ahora, también del fitness, para que la gente logre tener una silueta esbelta con “cuadritos” marcados en los abdominales. Para “encajar” en un determinado grupo no basta con tener los mismos gustos musicales, educación o estatus social. El peso es vital para que te puedan admirar o aceptar, lo cual ya no es solo cosas de adolescentes. La inocencia de nuestros niños también se está afectando por una sociedad vanidosa y fugaz.

Pero… ¿de quién es la culpa? Hay quienes consideran que es de los medios de comunicación y la mercadotecnia, pero otros creen firmemente que estos problemas de autoestima y alimenticios comienzan en el seno familiar.

La preocupación de un niño menor de 10 años por el número que marca una balanza debe ser un llamado de atención, ya que, según estudios, incluso en el caso de aquellos que ya tenían un peso más bajo de lo que les corresponde, los investigadores observaron que el 16% de las niñas y el 11% de los niños estaban ansiosos por ser todavía más delgados de lo que eran, mientras que la mitad deseaba seguir manteniendo su bajo peso.

Para tratar de buscar una explicación a esta situación, cada vez más frecuente y preocupante, la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos, ha comprobado que los niños cuyas madres estaban más preocupadas por el peso corporal eran también los que más intranquilos se mostraban con respecto a su físico. Y en el nuevo trabajo se ha observado que alrededor de la mitad de los menores insatisfechos con su cuerpo eran hijos de mujeres que se preocupaban por si comían en exceso, por lo que los expertos advierten a los padres sobre la necesidad de cuidar sus hábitos alimenticios, así como sus comentarios sobre el aspecto físico en presencia de sus hijos.

Sin embargo, Clarissa Guerrero, especialista en Terapia Infanto-Juvenil, considera que esto también puede pasar cuando el niño o niña se encuentra rodeado de adultos completamente saludables y sin ningún problema de peso, ya que esto muchas veces es de percepción. “Puede existir una distorsión en cómo ellos se perciben, o sea que la imagen que poseen de sí mismos es irreal. Lo más lamentable es que esto ocurre cada vez a más temprana edad”, comenta Guerrero.

Posibles causas

En cuanto a los factores, según la especialista, son variados y únicos, pues en cada caso se deben conjugar una serie de elementos que no necesariamente son determinantes, pero sí influyen en que el problema pueda detonar.

“Estos pueden ser factores culturales, del ambiente familiar, presión grupal e incluso se ha estudiado el Trastorno Dismórfico Corporal, en el que se diagnostica al individuo a partir de una distorsión radical de su físico, acompañado por la obsesión, en este sentido, que se ha relacionado a desbalances de serotonina en el cerebro”, agrega la experta en conducta infantil.

En cuanto a la influencia de los padres, asegura que esto puede suceder. Pero considera que no se debe afirmar como única causa para el desarrollo de una preocupación excesiva de un niño ante su imagen. “Realmente sí puede ser un factor muy influyente, pero no determinante. Este tipo de preocupaciones causan inconformidad en los niños con su propio ser, rechazan su físico, se obsesionan ante todo lo relacionado con alcanzar su percepción de perfección física, pueden tender a aislarse por percepción de no ser aceptados, cuando son ellos mismos que no se aceptan”, comenta Guerrero, quien dice que además se pueden desarrollar otros trastornos (como alimenticios, depresión, obsesiones) debido a esta preocupación.

Un estudio realizado en Australia, dice que lo mejor que pueden hacer los padres es educarlos desde temprana edad sobre una alimentación saludable para evitarles la preocupación excesiva sobre dietas y perder peso.

Tomar medidas preventivas

Es importante que desde que el niño nazca se le cultive su autoestima en base a la seguridad de sí mismo y su personalidad, pues, según Clarissa Guerrero, esto le ayudará a enfrentarse con un mundo que cada vez vende más cánones de perfección ficticios y que al final no son el verdadero valor del ser humano. “Es vital que cada niño sepa que es un ser humano único, que viene al mundo con habilidades y cualidades específicas, que nada tienen que ver con su apariencia”, dice.

“La mejor prevención para esto es fomentar la seguridad en los niños desde el día en que nacen. Que crean en sus capacidades, reforzar sus destrezas, retarles en lo que se les dificulta y fomentar sensaciones de logro a través de oportunidades. Si ya se ha detectado un problema posible o real, lo mejor es visitar a un experto que pueda ayudar a través de terapias a reconstruir junto con los padres la imagen y poder salir adelante evitando que se desarrollen otras complicaciones”, concluye Guerrero.

Importante
Niños de cinco a ocho años que creen que sus madres no están felices con sus cuerpos son más propensos a sentirse insatisfechos con su propio cuerpo, según investigación de Common Sense Media.

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