El agua en la agenda pública

Para la época de sequía, normalmente los sistemas de suministro de agua para consumo humano se ven muy disminuidos y la población sufre los efectos. Esa es una realidad. Otra más dramática es que la mayoría de las ciudades importantes tienen…

Para la época de sequía, normalmente los sistemas de suministro de agua para consumo humano se ven muy disminuidos y la población sufre los efectos. Esa es una realidad. Otra más dramática es que la mayoría de las ciudades importantes tienen problemas de infraestructuras para atender las necesidades de sus habitantes. Pero es en estos tiempos cuando esas situaciones afloran.

El Gran Santo Domingo, Santiago, las principales ciudades de las distintas regiones tienen cuadros críticos en el suministro de agua en estos momentos.
Se entiende que por las bajas escorrentías, pero también por las capacidades instaladas y las deficiencias. Otras comunidades simplemente no tienen adecuados servicios y en otras se trata de construirlos.

Desde cualquier punto de vista, el agua es un tema capital para los pueblos. Sin embargo, las propias autoridades que lo tienen a cargo reconocen la dispersión en su manejo y la falta de una política nacional sobre la materia. Hay entidades muy dispersas con sus propias agendas.

Asimismo, sigue en el Congreso un proyecto de ley que debe regir todo lo relativo al agua. Y especialmente la responsabilidad de la gestión.
República Dominicana cuenta con todo un sistema de cuencas que permiten manejar las aguas con satisfacciones mínimas, pero los estudios indican que eso no será siempre así. De hecho, gradualmente vemos cómo las principales tienden a degradarse, y cómo los sistemas de almacenamiento están llegando a niveles tan bajos que no registran precedentes.

Los reportes sobre el suministro de agua potable en las diferentes regiones del país confirman que la escasez es general, pero al mismo tiempo develan el deterioro de las cuencas y las debilidades y limitaciones de los sistemas de almacenamiento y suministro.

Hasta ahora todo el enfoque ha sido en función de la administración del agua para consumo humano, pero ya hemos observado cómo los sistemas de riego están colapsados.

Esta situación sugiere que el Estado debe trabajar con urgencia y profundidad una política sobre cultivo, protección, conservación y consumo de agua. Y tiene que hacerlo ya. El agua debe ser priorizada en la agenda pública.

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