La crítica y la poesía en la producción literaria de Juan Bosch

La poesía es el género con que se han iniciado muchos de los grandes escritores, y Juan Bosch no ha sido la excepción. Es una parte de su producción intelectual poco conocida, al igual que la de crítico literario y de arte las cuales cultivó…

La poesía es el género con que se han iniciado muchos de los grandes escritores, y Juan Bosch no ha sido la excepción. Es una parte de su producción intelectual poco conocida, al igual que la de crítico literario y de arte las cuales cultivó durante su adolescencia y primera juventud.

Bosch inicia a los 16 años sus creaciones líricas y románticas, en versos y en prosa, entre ellos su poema lírico “La espera”, con el que culminó esa etapa inicial, previo a su salida al exilio: “Hoy es cuando te siento. El más leve rumor suena igual que tus pasos Y sin un jilguero canta, sólo copia tu risa. Hoy es cuando te espero. En el cauce cerrado de las venas la sangre te presiente y se detiene; y al calor de esa espera todo mi ser se allana y se deshace…
Otro género propio de la oralidad europea cultivado por Juan Bosch es de los romances que eran generalmente poemas narrativos de una gran variedad temática, sobre todo líricos, épicos e históricos. Como hijo de padre español, conocía a la perfección este género y de ahí sus temas, entre ellos “Romance del muerto bellaco”, “Romance del general Nazarito”, “Romance del retorno triste”, “Romance de Perico Lazala”, “Romance de Vicentico de Luna” y “Romance del combate de Los Montones”, este último de carácter épico y legendario que en 1935 dedicó al general Demetrio Rodríguez y que en una de sus partes dice: “Nació Demetrio Rodríguez en la Línea noroestana. Tenía su padre oro para enjoyarle la infancia oro tenía para hacerle señor de arrogante casa con oro quiso pesarle si cruzaba la mar ancha.

Muchos de los cuentos infantiles de Bosch y algunas de sus fábulas y leyendas, como “El negocio de Doña Hormiga”, “Don gato y don ratón”, “El general don gallo” y “El destino de la tierra”, tienen una recreación romántica si partimos de que además de líricos, históricos y épicos e infantiles, los romances pueden ser religiosos, legendarios, novelescos y amorosos.

Como señalamos en un artículo anterior, una parte de esa producción, Bosch la dio a conocer inicialmente en publicaciones de la década de 1920 y 1930, como Alma Dominicana, Bahoruco, Las Brisas del Brian y el Listín Diario, usando para ello sendos seudónimos como “Juan Niní” y “Rigoberto de Fresni”. El primero lo utilizó para publicar sus fábulas, leyendas, y narraciones infantiles y el segundo, siendo casi un niño para sus primeros versos desde su Vega Real como el titulado “Sueño de artista” que reza: “El pobre artista que siempre sueña con otro mundo, con otro sol. Que sólo vive de las quimeras. De hallar en medio de su dolor: otros caminos, otras veredas otro horizonte más ancho. En donde vivan sus ilusiones. Como los vientos, en libertad en donde el fuego de su cerebro nunca se sienta desfallecer”.

Fue desde las páginas del Listín Diario donde dirigió la sección literaria, que Juan Bosch descubrió en 1937 el talento poético del que fuera su gran amigo y compañero de causa, Pedro Mir, quien empieza a escribir sus primeros poemas, mostrándolos a amigos y relacionados. Mir decide escribir sus primeros poemas de corte social y enviárselos a Juan Bosch, quien no contesta, sino que publica los versos en su sección del Listín Diario con el llamativo comentario que luego sería una profecía: «Aquí está Pedro Mir. Empieza ahora, y ya se nota la métrica honda y atormentada en su verso. A mí, con toda sinceridad, me ha sorprendido. He pensado: ¿Será este muchacho el esperado poeta social dominicano?”.

Lo cierto es que para seguir midiendo las cualidades poéticas y románticas de Bosch de aquellos primeros años, más allá de sus primeros romances y sus cuentos, basta con leer su trabajo “Palabra en torno al amor”, contentivo de una prosa fresca inigualable: “Amiga mía, tú no crees en la virtud del amor; te resistes a la idea de que la vida solo cambia para nosotros cuando nuestro ser interior llena de luces las cosas que nos rodean. Para ti, aquello que nos viene del exterior es lo que transforma y embellece la vida. En realidad, no creo haber sorprendido en tus ojos el temor de caer presa en la verdad”.

Algunos de sus primeros cuentos de Juan Bosch son pura poesía en prosas, como “La mujer” que se inicia de esta manera: “La carretera está muerta, totalmente muerta, está ahí, desenterrada, gris. La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra que hubieran dejado sobre la momia larga. Estaba allí tirada sin que la brisa le moviera los harapos. No la quemaba el sol; tan sólo sentía dolor por los gritos del niño. El niño era de bronce, pequeñín, con los ojos llenos de luz, y se agarraba a la madre tratando de tirar de ella con sus manecitas”.

Entre los poemas de Bosch, podemos mencionar “Nuestro miedo, “Romancico a Gilda”, “El libro del destino”, “Yo quiero una novia”, “Óyeme poeta”, “Trae recuerdos”, “En mi tumba”, “Corazón”, “Sueño de artista”, “Delirio”, “Música”, “La espera” y “La gaviota” Todos de entre 1926, 1931, 1936 y 1937.

Hay que concluir que la producción literaria de Bosch es inigualable, no sólo por la calidad de sus escritos, sino también por diversos ámbitos en los que incursionó. Sería importante que las presentes y futuras generaciones de nuestro país tuvieran la oportunidad de conocer, en toda su amplitud, su vasta, diversa y excepcional obra, para que además de sus valiosos aportes a la política dominicana y a la democracia, podamos valorar sus excepcionales condiciones de escritor y renovar el orgullo de compartir con él la nacionalidad dominicana. 

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas