El síndrome del celular fantasma

Revisar el celular en exceso empieza a ser sinónimo de desventajas. Volverse a concentrar le cuesta al cerebro mucho más de lo que se piensa.

Revisar el celular en exceso empieza a ser sinónimo de desventajas. Volverse a concentrar le cuesta al cerebro mucho más de lo que se piensa.Estar constantemente revisando las notificaciones, mensajes o correos en una tableta o un teléfono inteligente se ha convertido en un problema para la concentración y el funcionamiento del cerebro. Un ringtone, un sonido de alerta, una alarma, un zumbido o una notificación de luz que aparece en un dispositivo móvil, son los mecanismos de distracción más comunes desde que Facebook, Twitter y los correos electrónicos pasaron a ocupar un papel fundamental en la vida cotidiana.

Este tipo de distracciones están cargadas con un componente social que hace que la respuesta a sus llamados sea casi inmediata. Además, según el psicólogo cognitivo de la Universidad de Kansas (Estados Unidos), Paul Atchely, la información de estos mensajes activa una parte del sistema de recompensas del cerebro. “Combine el constante sonido de un mensaje con la promesa de conseguir nueva información social, y el resultado es un estímulo casi perfecto que es difícil de ignorar y que desviará la atención de cualquiera que sea la tarea que su cerebro está desempeñando”, explica Markham Heid, periodista de la revista Time. Aunque muchos aseguran que es fácil retomar la concentración de la tarea que fue interrumpida, no es tan fácil como parece. El profesor de neurociencias Earl Miller, de MIT (Estados Unidos), explica que cada vez que se cambia el foco de atención el cerebro sufre y requiere de un cierto tiempo para volver al estado en el que estaba antes de distraerse. 

Qué hacer

Como una medida de evitar estas distracciones, los expertos recomiendan apagar los celulares. Pero existe una teoría que explica que los cerebros se han acostumbrado a revisar los teléfonos cada pocos minutos y esto dificulta aún más la capacidad de concentración. Atchely asegura que existe un síndrome llamado ‘el mensaje fantasma’ en el que una persona imagina el sonido o la alerta de una nueva notificación, pero en realidad no existe nada. Además, recomiendan configurar los teléfonos para no escuchar ni ver cualquier tipo de alerta o sonido y que las notificaciones de nuevos correos electrónicos solo aparezcan cada 30 minutos.

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