Era justa y necesaria

En el artículo que publicamos en elCaribe el 27 de enero del 2014, bajo el título “Merecemos mejor calificación” justificábamos el reclamo de una mejor calificación para la deuda soberana dominicana sobre la base del esfuerzo fiscal que estaba&#8

En el artículo que publicamos en elCaribe el 27 de enero del 2014, bajo el título “Merecemos mejor calificación” justificábamos el reclamo de una mejor calificación para la deuda soberana dominicana sobre la base del esfuerzo fiscal que estaba realizando la administración del Presidente Medina desde septiembre del 2012.

Indicamos que la reducción del gasto público combinado con el aumento de las recaudaciones generado por la reforma tributaria ejecutada y los ingresos adicionales provistos por la exitosa renegociación del Contrato con la empresa Pueblo Viejo Dominicana Corporation (PVDC), permitieron reducir el déficit fiscal de 6.7% en el 2012 a 2.8% en el 2013. Ese ajuste fiscal y el aumento de las exportaciones de oro se combinaron para reducir el déficit de la cuenta corriente a 4.1% del PIB y aumentar las reservas de divisas.

Indicamos que el esfuerzo realizado por el Gobierno del Presidente Medina debía ser socializado y mercadeado efectivamente con las firmas calificadoras de riesgo, con el objetivo de obtener una mejor calificación. Indicamos que la calificación de la deuda soberana dominicana en moneda extranjera estaba recibiendo una calificación de B+ por parte de Standard & Poor’s y B1 por parte de Moody’s, “niveles muy bajos para un país que ha demostrado tener una de las economías con mayor capacidad de resistencia para enfrentar choques internos y externos, y una versatilidad apreciable para ajustarse intensamente en períodos de tiempo relativamente cortos.”

Señalamos que resultaba muy cuesta arriba aceptar que las deudas soberanas de Guatemala, El Salvador, Paraguay y Bolivia fuesen calificadas uno, dos y hasta tres escalafones por encima de la dominicana. Mostramos que Moody’s, por ejemplo, calificaba y sigue calificando la deuda soberana de Guatemala tres escalafones por encima (Ba1) de la dominicana (B1). Era cierto que los principales indicadores de sostenibilidad fiscal y externa de Guatemala en el 2013 eran mejores que los de República Dominicana, pero no para justificar una diferencia de tres escalafones en la calificación.

Planteamos que “una diferencia de un escalafón sería perfectamente comprensible, pero de tres resulta exagerada. Es obvio que los indicadores macroeconómicos de RD en el 2013 ameritarían una mejora en la calificación de por lo menos un escalafón (BB- en el caso de Standard & Poor’s y Ba3 en el caso de Moody’s).”

Señalamos que el Gobierno dominicano debía “ejecutar una estrategia efectiva de comunicación con las firmas calificadoras de riesgo para alcanzar este objetivo en el plazo más breve posible. La asistencia técnica de uno o dos bancos de inversión con credibilidad, podría fortalecer la capacidad argumentativa del equipo del Gobierno dominicano que asumiría la tarea.”

Un año después, el 27 de enero del 2015, insistimos de nuevo en el tema con la publicación del artículo “Trabajemos por una mejor calificación”, explicando la secuencia de acciones que se tomaron en el 2001 para lograr una mejora de dos escalones en la calificación de Moody’s (de B1 a Ba2) y de un escalón en la de Standard & Poor’s (de B+ a BB-). Terminamos ese artículo con lo siguiente: “Algo que ayudaría mucho en las conversaciones con las firmas calificadoras sería una transacción de administración de pasivos externos que desencadene una reducción de 3 puntos porcentuales del PIB en la deuda del sector público consolidado. El Congreso dio su visto bueno a este tipo de transacciones en el 2014. Y ha vuelto a darlo para el 2015. Sería muy positivo para el país que alguna transacción de gran magnitud pueda ser finalizada lo antes posible. Culminada una operación de ese tipo, la mejora en la calificación de la deuda soberana dominicana estaría al doblar de la esquina.”

Tres días más tarde el Gobierno dominicano anunció la transacción de pago anticipado con descuento de la deuda que tenía con PDVSA (Petrocaribe), operación que permitió reducir la deuda pública en 3.3% del PIB.

Terminada esa transacción, el Gobierno dominicano, a través del Ministerio de Hacienda y la Dirección General de Crédito Público diseñó una estrategia efectiva para explicar a las firmas calificadoras de riesgo el porqué entendía que la deuda soberana dominicana merecía una mejor calificación. El Ministro de Hacienda, Simón Lizardo, y el Director General de Crédito Público, Magín Díaz, hicieron su trabajo y el pasado 20 de mayo, Standard & Poor’s mejoró nuestra calificación de B+ a BB-.

Es de esperar que Moody’s y Fitch procedan en las próximas semanas en la misma dirección. Esta mejora en la calificación es muy buena noticia no sólo para el Gobierno, el cual podría colocar títulos de deuda en el mercado global y doméstico a menores tasas de interés, sino también para las empresas privadas que deseen emitir deuda corporativa.

Pero debemos hacer más. Recordemos que nos ha tomado 14 años recuperar la calificación de BB- que teníamos en el 2001. La crisis bancaria del 2003-2004 nos tiró muy abajo y se ha requerido de mucho esfuerzo para llegar de nuevo a BB-. Más reformas estructurales e institucionales son necesarias para seguir mejorando la calificación en el futuro cercano y evitar recaídas costosas como la del 2003. 

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