La depresión post parto afecta a muchas mujeres

La experiencia de convertirnos en madre es incomparable con cualquier otra experiencia a lo largo de nuestras vidas. Si bien es cierto que es sinónimo de inmensa alegría, también encierra una enorme responsabilidad. Muchas emociones se experimentan&#82

La experiencia de convertirnos en madre es incomparable con cualquier otra experiencia a lo largo de nuestras vidas. Si bien es cierto que es sinónimo de inmensa alegría, también encierra una enorme responsabilidad. Muchas emociones se experimentan a la vez y cada madre la vive de manera especial y particular.

Toda esa alegría que genera el nacimiento de un hijo va acompañada de cambios en distintos órdenes: hormonal, físico, psicológico, hábitos de rutina…
Si toda esa carga no es bien manejada y, si en adición, somos perfeccionistas, o no hemos madurado lo suficiente o nuestra autoestima tiende a ser baja, podría surgir una depresión durante los primeros meses de haber dado a luz. Es lo que se conoce como depresión post parto.

¿En qué consiste?

“Es una complicación frecuente e importante, de moderada a intensa, que afecta a una de cada diez mujeres después del parto y se puede presentar en cualquier momento durante el primer año de haber dado a luz. Aunque suele ocurrir dentro de los primeros tres meses”, según explica Nathalie Bello E., psicóloga, terapeuta sexual y de pareja, entrevistada sobre el tema.

No obstante el nacimiento de un bebé ser un acontecimiento de felicidad para la mayoría de las mujeres, “los cambios bioquímicos, psicológicos, físicos y sociales que en ella se dan la hacen que sea más vulnerable a cambios en su estado de ánimo. Estos cambios son muy parecidos a los que se dan durante el período menstrual, pero exacerbados y con un ramillete de síntomas”, indica Nathalie.

Es muy normal-continúa- que las mujeres no les cuenten a otras personas lo que están sintiendo y, por el contrario, “se sientan avergonzadas, arrepentidas y culpables de todos esos sentimientos que se agolpan en ella, trayendo como consecuencias problemas de relación con sus seres más cercanos, sobre todo con su pareja”.

¿Qué la ocasiona?

La depresión post parto no es una señal de flaqueza, o debilidad, o de que sea una mala madre. Las causas exactas se desconocen, son múltiples los factores que inciden en la aparición de los síntomas que la identifican, como son los cambios en los niveles hormonales durante y después del embarazo que pueden afectar el estado anímico de la mujer, además de cambios en el cuerpo a raíz del embarazo y el parto.

También influye, tener menos tiempo y libertad para sí misma, la falta del descanso apropiado y los sentimientos de sobrecarga por el cuidado extremo del bebe.

También puede llevar a depresión, sentirse estresada a partir de los cambios en las rutinas del trabajo y del hogar. Algunas veces las mujeres piensan que tienen que ser perfectas o una “súper madre”, lo que no es realista y puede agregar estrés.

Muchas mujeres se deprimen por falta de ayuda de la pareja y de personas allegadas, por el abandono de los amigos al pasar los días del nacimiento del bebé, o por las preocupaciones que surgen acerca de su capacidad para ser una buena madre. “Cada caso es individual y particular y así lo tratamos en la consulta de psicología. Mejorando su conducta, actitudes, pensamientos e interpretación de las situaciones que le afectan”, dice Bello.

¿Puede guardar relación con algún trauma de la infancia o de la vida adulta?
No necesariamente, aunque algunas historias de traumas son factores que pudieran ser predisponentes o desencadenantes de la depresión post parto.

Lo importante es entender que cualquier madre la puede desarrollar, independientemente de lo que haya vivido, y que el padecerla no la hace menos que las que no la padecen. Lo principal es identificar la situación, admitirla para comenzar el proceso de recuperación mediante una combinación de iniciativa propia, psicoterapia y, solo en casos muy extremos, terapia farmacológica. Es de muy buen pronóstico en la consulta.

Factores predisponentes

De acuerdo a Nathalie, “no hay características, pero sí factores que predisponen a padecer la depresión post parto, entre ellas: antecedentes de baja autoestima, no tener la madurez cronológica necesaria para asumir un embarazo, pudiéramos decir, tener menos de 20 años, depresión, trastorno bipolar o un trastorno de ansiedad antes del embarazo o en un embarazo anterior”.

También, acontecimientos estresantes durante el embarazo o el parto, por ejemplo, una enfermedad, muerte, así como un mala relación con la pareja y ser madre soltera.

Llegado el bebé

La experta recomienda aprovechar cualquier oportunidad para descansar. Tratar de tomar una siesta cada vez que el bebé duerma y en las noches involucrar a la pareja para alimentar al bebé. Aconseja no querer hacerlo todo. ¡Haga tanto como pueda y deje el resto! Pida ayuda con las tareas de la casa. Sacar tiempo para una misma, para sentirse bien consigo misma. Darse un baño perfumado, ponerse una ropa que la haga a sentir bien y darse un nuevo corte de cabello puede ayudar. Hay que sacar tiempo para compartir en pareja e intentar intimar, aunque todavía no le apetezca tener relaciones sexuales completas.

No sea muy crítica con usted misma ni con su pareja. La vida les ha cambiado y en estos momentos el cansancio, la irritabilidad, puede llevar a discusiones innecesarias que debiliten su relación en unos momentos en que debería ser más fuerte.

El rol de la pareja

La pareja es un apoyo y ayuda en esta nueva etapa, que conlleva una reorganización en el estilo de vida, hábitos y costumbres anteriores de ambos.
Debe reconfortar, animar, escuchar, reforzar la autoestima de la madre. Motivarla a no descuidar su aspecto personal, sin exigencias. Preocuparse de su alimentación.

Si ya tenemos la depresión post parto instaurada, es importante que la pareja se involucre de forma que él pueda comprender qué es lo que ha estado pasando. No olvidemos que él también ha estado sufriendo las consecuencias de la depresión postparto.

Síntomas

Tristeza, falta de apetito, cansancio extremo, confusión, indiferencia, falta de felicidad inexplicable, ansiedad, descuido personal, llorar sin razón, problemas para dormir, irritabilidad, sentimientos de soledad, frustración, falta de energía, sensibilidad extrema, inseguridad, sentimientos de desesperanza, crisis existencial…

Tratamiento

El tratamiento dependerá de la severidad y necesidades individuales. Es tratada con psicoterapia. Solo en casos muy severos y cuando no responde a la psicoterapia, se recomienda la terapia combinada con antidepresivos, previa autorización de su médico, en caso de estar amamantando a su hijo.

Para concluir, es importante tener presente que la maternidad es un hecho único en la vida de cada mujer, por lo que es vivido y asimilado de diferentes maneras. Es un cambio drástico e irreversible, ya que la vida de la madre nunca volverá a ser lo que era antes de tener hijos.

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