Santiago. Entre goteras y a escasa distancia de la morgue del hospital regional José María Cabral y Báez, reciben atenciones los pacientes afectados con VIH-Sida.En el consultorio habilitado, las goteras empapan a enfermeras y enfermos, debido a los trabajos de reconstrucción en este centro de salud, que llevan ya diez meses, las autoridades interinas decidieron habilitar un espacio en la primera planta del centro de salud. Entre camillas y sillas destartaladas, decena de pacientes deben permanecer a la espera de ser atendidos.
“No es posible que nos tengan recibiendo atenciones en estas condiciones, en un local a punto de caerle encima a médicos y los que estamos enfermos”, refirió un paciente. En el primer nivel aún siguen funcionando áreas para la cocina, almacén para medicina y lavandería. La medida de traslado de la unidad hacia el primer nivel, que se encuentra en precariedad condiciones, presuntamente fue tomada por la dirección interina, que dirige Austria de la Rosa, tras la cancelación de Rolando Báez.
A esta área acuden a recibir tratamiento hasta 40 pacientes con VIH cada día. El equipo de ingenieros que trabajan en la reconstrucción de la obra, ni siquiera ha podido terminar la primera etapa del ala norte, donde además se encuentran las oficinas administrativas.
Entre las áreas que aún siguen funcionando está la morgue, los familiares de los muertos que son llevados allí para fines de autopsia, deben caminar entre hierros que fueron dejados tirados. Marcos López, de la compañía Aquamar, contratada en el Hospital Cabral y Báez desde el 2011 para reparar distintas áreas, dijo a elCaribe que se encuentran en la etapa final el ala Norte y el núcleo central, con lo que mejorará el servicio.
Informó que ya están comenzando el ala este y en el día de ayer lunes terminaron de sembrar 84 pilotes en el lugar donde construirán el nuevo edificio. Espera para el próximo mes entregar la primera etapa. La reconstrucción de este centro de salud ha creado trastornos a los pacientes.
