El sector industrial dominicano está preocupado por la tendencia que llevan las exportaciones del país.
Las cifras que publicó el Banco Central en su informe sobre la economía dominicana, correspondiente al primer trimestre del año, generaron una especie de alerta en por lo menos dos de los principales representantes de la manufactura nacional.
Y la revelación de que en el primer trimestre del año las exportaciones nacionales se contrajeron en un 15.7 por ciento justifica la alarma.
Ayer, la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) y la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y la Provincia Santo Domingo (AEIH), a través de sus respectivos presidentes, expresaron sus correspondientes preocupaciones al respecto.
Las entidades empresariales hablan de que hay algunos elementos ligados al costo-país que necesitan ser corregidos porque están afectando la competitividad de la producción nacional para ganar espacio en el cada vez más exigente mercado internacional.
La AEIH incluso pide convocar a la Mesa de Competitividad, para retomar sus trabajos, los cuales entiende iniciaron con buen pie pero que se han distraído por distintas razones que no cita.
La AIRD, que es el mayor exponente del sector industrial dominicano, hace una serie de preguntas y consideraciones. ¿Qué estamos haciendo mal que el aparato productivo nacional todavía no acaba de estabilizar un crecimiento sostenido de nuestras exportaciones? Esa interrogante de la organización cúpula de la industria dominicana está acompañada de una invitación a un conversatorio sobre el tema, entre los sectores público y privado.
“Mantenemos la esperanza de que el diálogo público-privado y la conciencia clara de que es posible revertir la situación,
contribuyan a encontrar respuestas”, dijo la AIRD. Si como argumenta esa entidad, cuando un sector cae en un indicador tan importante como el valor de las exportaciones tres trimestres consecutivos y desciende más de 20% en tres años ya no puede sostenerse el discurso de que es algo temporal, entonces hay que establecer el origen del mal para aplicar la cura correcta.
Hagámosle caso a las industrias. Dice el refrán popular que con tiempo hasta el pasmo tiene remedio. l
