Carreteras RD se tiñen de sangre en últimos 7 años

El accidente que se saldó con al menos trece muertos y 25 heridos el pasado jueves en la Autovía de Samaná vuelve a confirmar por qué el país ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de muertes por accidentes de tránsito, con una tasa de 42&#823

El accidente que se saldó con al menos trece muertos y 25 heridos el pasado jueves en la Autovía de Samaná vuelve a confirmar por qué el país ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de muertes por accidentes de tránsito, con una tasa de 42 fallecidos por cada 100 mil habitantes.En los últimos siete años la sangre ha teñido las carreteras del país, llevando el luto a la familia dominicana y dejando cientos de lesionados, por causas que van desde la imprudencia al conducir a elevados niveles de velocidad, distracción con celulares, manejar bajo los efectos del alcohol o las drogas, y otras por las malas condiciones de las carreteras.

Al revisar las estadísticas sobre los accidentes más fatales de los últimos tiempos, se comprueba que la colisión más trágica ocurrió el 18 de agosto de 2008, en la carretera Higüey-La Romana, donde perecieron 21 personas (15 dominicanos y seis turistas), producto de un choque entre dos autobuses. Uno de los sobrevivientes narró que el siniestro se produjo cuando el autobús en que viajaban rebasó cerca de una curva a un vehículo estacionado y se encontró de frente con el otro.

En febrero de ese mismo año, siete personas murieron y otras ocho resultaron heridas al colisionar un camión y una camioneta en la carretera Imbert- Puerto Plata. Según la versión policial, el accidente se habría producido al explotar un neumático de uno de los vehículos.

12 de marzo 2009
Siete personas fallecieron en un accidente de un autobús en el mercado público de Puerto Plata. Según testigos, el conductor perdió el control llevándose por delante varios vehículos.

20 de septiembre 2010
Cuatro personas de una misma familia murieron luego de que la camioneta en que viajaban cayera por una pendiente en la carretera Ranchito-Piché, en Santiago.

21 de marzo 2011
Siete niños murieron y ocho resultaron gravemente heridos al viajar en una guagua “voladora” guiada por un chofer borracho que impactó contra un poste de luz, en la carretera La Victoria-Hacienda Estrella del municipio Santo Domingo Norte.

5 de abril 2011
Ocho personas perecieron en la carretera Baní-Azua, al chocar un minibús y una patana.

28 de julio 2012
Seis personas, incluyendo dos adultos y cuatro niños, murieron calcinados al incendiarse el vehículo en que viajaban al chocar con un poste del tendido eléctrico en la calle monseñor Hugo Polanco Brito de Villa Olga, en Santiago.

24 de febrero 2013
Nueve personas que viajaban en un camión de carga, murieron en un accidente en la carretera Maimón-Puerto Plata.

17 de marzo 2014
Diez personas murieron y otras ocho resultaron heridas en un choque entre una patana y un minibús que trasladaba pasajeros desde Santo Domingo a Tamayo.

17 de marzo 2014
Seis pasajeros murieron calcinados luego de chocar con un camión de carga en la localidad de Duvergé.

Estado gasta 1.3% PIB en recuperación lesionados 

Datos ofrecidos por el Hospital Traumatológico Ney Arias Lora revelan que por cada muerte de accidente de tránsito tres personas quedan incapacitadas, lo que lleva a la quiebra a hogares de clase media y ni decir de los más pobres. Un sólo día de internamiento en una sala de cuidados intensivos de un centro de salud privado ronda por los RD$55 mil, lo que multiplicado por 30 días, promedio para una relativa recuperación del paciente, supone un gasto de RD$1 millón 650 mil, sin contar con los honorarios médicos y otros gastos. Mientras que para el Estado supone un gasto de US$700 millones anuales, equivalentes al 1.3% del PIB, según reveló el año pasado el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás. El 75% de las hospitalizaciones en el Ney Arias Lora se deben a la “epidemia” que ha llevado a la República Dominicana a ocupar el segundo lugar entre los 182 países con más muertes por esta causa. En 2013 más de 1,500 personas perdieron la vida y otras tres mil quedaron discapacitadas con amputaciones de algunos de sus miembros, deformidades, pérdida de la visión, el habla, entre otras.

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