Director del Indrhi propone construir 9 presas en 20 años

El director ejecutivo del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), ingeniero Olgo Fernández, planteó ayer que el país requiere de un plan de construcción de presas a 20 años que implicaría construir nueve de gran tamaño.

El director ejecutivo del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), ingeniero Olgo Fernández, planteó ayer que el país requiere de un plan de construcción de presas a 20 años que implicaría construir nueve de gran tamaño.

Para esas estructuras se requeriría entre 5,000 y 6,000 millones de dólares, pero sería la única garantía para República Dominicana contar con agua segura para consumo humano, riego o agricultura, para generación de electricidad limpia y más barata y para otras actividades como turismo acuático, crianza de peces y control de inundaciones.

En cuanto al tema eléctrico el aporte de las presas sería de 300 megas. “La única agua que tú puedes racionalizar y controlar es la que tú tienes bajo control hidráulico o en un embalse. Las demás son aguas que tú no puedes controlar adónde van a parar”, dijo Fernández, entrevistado en el Almuerzo Semanal de Multimedios del Caribe.

En detalle, parte de las obras que plantea el funcionario serían la de “Alto Yuna”, en la parte alta de Bonao, provincia Monseñor Nouel, que supliría de agua a Cotuí, Hermanas Mirabal o Salcedo y a San Francisco de Macorís; una en Santiago, que sería la presa de Ámina, y que abastecería de agua a Santiago y a Moca; en María Trinidad Sánchez propone la presa de Boba, para “atrapar” el agua que se pierde y garantizarle la potable a la provincia completa y en adición a ella a Samaná, con sus municipios de Sánchez y otros, y para el turismo. En la conversación citó también la presa Chavón, para la parte Este del país, que es la única zona sin presas, y que sería de gran valor para los puntos turísticos de La Romana, El Seibo y Hato Mayor, además de las grandes extensiones de terrenos ubicados en partes llanas que recibirían el beneficio del agua. Si lo que plantea Olgo surte efecto, áreas que antes estaban sembradas de caña podrían dedicarse al cultivo de vegetales y otros rubros. En Chavón se podría construir también –si se hace la presa- una gran hidroeléctrica para generar energía limpia.

En la agenda planteada “de cabeza” ayer por el director del Indrhi figura el Sur del país, región para la cual propone la construcción de la presa de Joca, que puede dar servicio y garantizar agua a Haití, que pueden tener riego o irrigación a través de ella. Lo propio para Elías Piña, que puede garantizar una gran extensión de riego a través de los municipios El Llano y Carrera de Yeguas, que pertenecen a Las Matas de Farfán. “Tenemos agua de Joca que se está perdiendo, porque va derecho a parar en Haití, y en Haití no hay manera de hacer una presa. Entonces ahí podríamos tener una gran hidroeléctrica para esa provincia de Elías Piña”, apuntó.

Olgo Fernández no estuvo solo en la entrevista. Junto a él acudieron Leonel Duarte, coordinador del Proyecto Presa Monte Grande; Homero Lara, asesor de la Dirección Ejecutiva del Indrhi, y Fernando Marte, gerente de Comunicaciones. Del lado de elCaribe, estuvieron el subdirector y editor de la sección Dinero, Héctor Linares; el jefe de Redacción de Apertura, Héctor Marte, y la editora de elCaribe digital, Sandra Guzmán. A todos ellos Olgo Fernández les dijo que Yásica, en Moca, es una de las cuencas más hermosas del país, pero que el agua de río Yásica pasa por esa cordillera, yendo a parar a Gaspar Hernández y desembocando en el mar Caribe sin que nadie la toque. La fórmula que tiene el funcionario apunta a garantizar agua para la provincia Puerto Plata (el polo turístico más completo que tiene República Dominicana), incluyendo Cabarete, Sosúa y otros municipios. De acuerdo a su experiencia y conocimientos, en el lugar citado se podría colocar sin contratiempos una hidroeléctrica.

Para la Línea Noroeste el director del Indrhi entiende que la solución es construir Las dos Bocas, en el río Guayubín, un embalse que desde el año 1963 el entonces profesor Juan Bosch (fundador del Partido Revolucionario Dominicano y el de la Liberación Dominicana) lo identificó como la obra más importante para el Noroeste. La otra presa identificada, pero para áreas menos importantes, es Los Cocos y Don Miguel, en Dajabón.

“Lo estamos viendo como un todo el tema de las nueve presas, pero lo que planteamos es que el Estado dominicano, el Congreso y las instituciones del Estado hagan un plan de veinte años y que en veinte años el Estado construya las nueve presas. Eso indica que cada cuatro años el Estado pueda construir dos presas. En un cuatrienio de gobierno, porque en construir una presa normalmente se van de dos a tres años. Con un plan estratégico a veinte años el Estado puede abocarse a construir esas nueve presas y continuar el plan de desarrollo, mantenimiento, rehabilitación y complementación de las existentes”, explicó Fernández.

El funcionario está muy optimista con los proyectos, pero eso no evita que se apegue a la realidad. “Esos son proyectos para los cuales tiene que haber un financiamiento”, indica. Cuando habla de 5,000 y 6,000 millones de dólares para las nueve grandes presas se está refiriendo a un “paquete”, que incluye sus infraestructuras, las hidroeléctricas y las obras de toma y acueductos que dependerían de ellas. Calcula que son obras con una tasa de retorno en menos de 15 años cada una. “Es decir, que en menos de ese tiempo el país las libera de recursos, porque solamente con las hidroeléctricas se pagaría el financiamiento. O sea, que el agua para riego y consumo humano nos quedaría libre y gratis”, sostuvo.

Cuando habló del caso Alto Yuna, aseguró que esa presa garantizaría que entren a cultivo 300 mil tareas y que habría dos turbinas para generación de energía limpia. “Con Alto Yuna se eliminan también las inundaciones del Bajo Yuna, porque con ella tendríamos dos presas para la zona. La otra es la de Hatillo, que existe hace muchos años”, planteó Olgo Fernández, sin soltar ni por un instante el interés sobre el tema.

“Estamos hablando del bien que tiene más valor en el mercado, que es el agua, y el país tiene que hacer un compromiso como se hizo con el 4% para la educación”, planteó, intentando sensibilizar sobre el tema a los sectores productivos y gubernamentales.

Mejoría dentro de gravedad

En otra parte de la conversación, que duró una hora y 13 minutos, el funcionario aseguró que la situación hídrica del país ha cambiado de manera significativa por las lluvias caídas en áreas de alto cultivo, entre ellos arroz y bananos.
Sin embargo, eso no significa que las presas hayan recibido grandes volúmenes de agua. “Hay embalses, como Sabaneta, que luego de estar en rojo mejoraron su situación para la siembra de arroz, y ya la liberamos de la cohibición, porque subió su cota”, dijo Fernández.

No ocurre lo propio en el caso de Sabana Yegua, que se mantiene en rojo, aunque ha recibido volúmenes menores para mejorar su situación. En ese caso, la institución sigue manejándose con el “tandeo”, en la zona del distrito de Azua y el distrito Yaque del Sur. El tandeo consiste en dar agua por horas, por etapas o por turnos de riego para que el líquido llegue de manera equitativa a todos.

Normalmente, tanto en el distrito de Azua como en el de Barahona (el Yaque del Sur, el lago Enriquillo y en gran parte Tamayo, la zona de Mella, Cristóbal y parte de Neiba) se nutren de la presa de Sabana Yegua. Lo propio ocurre con el canal Ysura. Es decir, que son tres distritos, dos de manera total y uno de manera parcial. Esos distritos están todavía con prohibición para siembras masivas en cultivo. “Lógicamente, esperamos que como ya entramos en temporada ciclónica esa situación pueda mejorar en lo que queda de junio, en julio, agosto y septiembre”, apuntó el director ejecutivo del Indrhi.

En el caso de Valdesia, Jigüey y Aguacate y el contraembalse Las Barías siguen en rojo porque no han recibido grandes volúmenes de agua. Igual está el caso de Tábara, que está recibiendo tandeo para fines de siembra de arroz masiva. En las áreas donde el Indrhi sí puede garantizar siembra es en las de bajo influencia de las presas Hatillo y Rincón. De la prohibición ha sido liberada la presa de Monción, gracias a la mejoría experimentada luego de algunas lluvias. 

La sequía no ha tenido piedad con ningún lado

Como consecuencia de la extensa sequía que ha azotado al país, de las 33 presas existentes solo han podido ser liberadas cuatro, que son Hatillo, Rincón, Sabaneta y Monción. Las demás están reguladas para dar agua por tandeo y para preservar los volúmenes de agua que deben garantizarse para consumo humano. El agua de consumo es el primer componente para lo cual las presas tienen su utilidad, como es el caso del Valdesia, de la cual deben garantizarse 6.7 metros cúbicos para el Gran Santo Domingo. En adición a las 33 presas hay otras pequeñas que son básicamente para riego y generación. En el país apenas se controla el 30% de las aguas, según Olgo Fernández.

Entrarían un millón 200 mil tareas a producir más

Las presas tienen de manera global cinco usos (aunque tres de ellos son vitales) que son: para agua potable, riego, energía, control de inundaciones y uso acuático. Con las nueve presas que plantea Olgo Fernández podrían entrar a producir diversos productos un millón 200 mil tareas. Son tierras que actualmente no están en uso agrícola. El funcionario va más lejos cuando dice que con esos nuevos embalses el país podría estar, incluso, en condiciones de poder exportar agua a países vecinos que la necesitan. “El agua tiene un valor muy preciado, porque desde que usted nace es usando agua”, sostuvo Fernández, respondiendo preguntas.

¿Qué está pasando con el proyecto Monte Grande?

En respuesta a preguntas sobre la presa Monte Grande y las razones de su parálisis, el director del Indrhi sostuvo que el Gobierno ha aportado desde el año 2013 unos US$84 millones, es decir, más de lo que le corresponde como contrapartida para una obra que tiene un financiamiento y esos recursos “dados de más” no le serán devueltos por el banco porque es un préstamo de exportación. El proyecto Monte Grande implica US$400 millones para todas sus fases o componentes, que son cinco.

La razón de la paralización ha sido que el financiamiento no llega. La primera partida que liberaría el banco brasileño sería US$34 millones.

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