¿Cómo me voy a hacer sin mi hijo?, exclama la madre del pelotero ultimado para robarle celular

Víctor Liriano Medina estaba en la marquesina de su casa, cuando unos disparos repentinamente acabaron con su vida y, de paso, se llevaron sus anhelos de llegar a las Grandes Ligas.

Víctor Liriano Medina estaba en la marquesina de su casa, cuando unos disparos repentinamente acabaron con su vida y, de paso, se llevaron sus anhelos de llegar a las Grandes Ligas.

Era mediodía del sábado cuando todo ocurrió en el sector Madre Vieja Sur, en San Cristóbal. ¿El motivo de los disparos? Un celular. Liriano Medina, de 22 años recién cumplidos, perdió la vida en medio de un atraco frente a su casa. La Policía dice que se resistió y que ya tiene identificado a dos hombres señalados como los responsables del crimen.

Ayer, su madre, sentada sobre el sofá de la sala, no hablaba ni se movía. Araluz Medina estaba como muerta en vida y las fuerzas solo las sacaba para pelear con el destino y gritarle de forma repetida por qué le mató a su hijo.

“¿Cómo me voy a hacer sin mi hijo? Yo me quiero morir, yo me voy a morir. Yo me quiero morir, yo me voy a morir”, insistía. Y en un instante, el dolor como que volvía, le quitaba todas las palabras, su vista se perdía y retornaba a una quietud lastimosa.

“Vitico”, el pelotero

Vitico, como era conocido, firmó para jugar béisbol en el 2010 con los Mets de Nueva York y por una lesión fue dado de baja en el 2012. Su sueño de ser outfield en las Mayores lo llevó a seguir practicando. El tiempo también lo dedicó a estudiar Derecho en la Universidad del Caribe. “Era una tremenda persona y tremendo jugador. Un muchacho sano”, recuerda su compañero deportista Euner Rodríguez.

“Nos llevábamos como hermanos. Si me preguntas cómo era no sé cómo explicarte, no me sale como decirlo. Como pelotero, era tremendo y tremendo compañero”, agrega. Vitico tenía dos hermanas Jatnna y Yamali, las primeras que salieron a su auxilio a la marquesina. El joven andaba en compañía de otro chico, quien también perdió su aparato, según contaron algunos testigos. El padre del fallecido, Víctor Liriano, tiene 15 años viviendo ininterrumpidamente en Estados Unidos y no pudo asistir al funeral. Ayer, la familia, vecinos y amigos peloteros esperaban la llegada del ataúd que fue trasladado a la capital para fines de autopsia. El entierro fue en la tarde, en el cementerio de San Cristóbal.

Policía le advierte a los culpables que se entreguen

La violencia en San Cristóbal se ha cobrado la vida de 34 personas en este año, según datos no oficiales. Ayer, el vocero de Policía Nacional, Jacobo Mateo Moquete, dijo que ya tienen identificados a los dos hombres que supuestamente mataron al muchacho. “Nosotros en cualquier momento vamos a dar con él…. Le decimos que se entregue y que no le dispare a la Policía”, advirtió a uno en particular, que supuestamente había dicho que no se pondría a disposición de la Justicia.

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