La vida por un celular

Cuando en una sociedad la vida de un ser humano está en riesgo por la posesión de un teléfono móvil, sencillamente algo está funcionando mal, pero muy mal.

Cuando en una sociedad la vida de un ser humano está en riesgo por la posesión de un teléfono móvil, sencillamente algo está funcionando mal, pero muy mal.La muerte a balazos el pasado sábado en el sector Madre Vieja Sur, en San Cristóbal, del joven beisbolista Víctor Liriano Medina, de 22 años, constituye un crimen que además de despiadado, refleja el grado de deshumanización que exhiben los delincuentes.

Es como si lo más preciado del universo, la vida humana, no tuviera valor. Simplemente la vida no vale nada.

La muerte del beisbolista sancristobalence, en la galería de su casa, también proyecta un ambiente de inseguridad extremo, pues cuando ni en su propio hogar una persona tiene garantía de no ser asaltado y asesinado, entonces la ciudadanía está condenada a vivir en un estado de temor permanente.

Que uno o varios desalmados ingresen a una vivienda con el propósito de arrebatarle un teléfono celular a una persona y si ésta se resiste, tal vez por un instinto natural provocado por la reacción del momento, la asesinan, produce una sensación de inseguridad, de alarma colectiva que necesita ser corregida.

El caso del joven Liriano Medina no es único ni el más alarmante que se ha producido en el país. Son varias las personas que han sido baleadas o apuñaladas para quitarles un celular u otro objeto de cierto valor. Hace algunos años en la ciudad de Santiago de los Caballeros una jovencita hija de un reconocido médico de la ciudad también fue muerta para robarle un celular.

Gente joven, con mucho por aportarle a la sociedad, muriendo por un celular, es algo como para preguntarse y dónde es que estamos viviendo.

La Policía Nacional, la entidad sobre la cual descansa la responsabilidad primaria de garantizar la seguridad ciudadana, tiene un fuerte compromiso por hacer que disminuya la sensación, o realidad latente, de desprotección.

El argumento de que el aumento de la criminalidad es una percepción choca y se debilita con la práctica cuando se ven casos como el asesinato del joven beisbolista de San Cristóbal.

¿Qué hacer para revertir la situación? Quizás no haya un plan de acción único ni definitivo. Pero lo que sí existe es la necesidad urgente de frenar esta situación. No deben seguir muriendo personas por voluntad de asesinos que buscan robarles un celular.

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