Haití ha vuelto a anunciar restricciones al ingreso de productos dominicanos. En esta ocasión se trata de 33 productos, en su mayoría alimentos, incluyendo los clásicos huevos y pollos.
La medida, que al igual que en los anuncios anteriores no fue previamente notificada al Gobierno dominicano, comienza a ser aplicada mañana viernes, cuando se tiene previsto que se realice el mercado binacional de Dajabón, de acuerdo con un comunicado que habría sido leído por funcionarios haitianos el pasado martes en el paso fronterizo entre Juana Méndez y Dajabón.
Además de los tradicionales pollos y huevos, ahora la lista fue ampliada a víveres, frutas y vegetales como plátanos, guineos, lechugas, zanahorias, tayota, coco, embutidos y jugos. Extraña que la ampliada prohibición se produzca cuando comienza el proceso de retorno de los ciudadanos haitianos que viven en la República Dominicana en condiciones de ilegalidad y que no pudieron acogerse al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, que concluyó el pasado día 17. También llama la atención que se incluya a productos sensibles, como huevo y pollo, que desde enero del 2008 están prohibidos de ingresar a Haití, por una alegada aparición en una granja dominicana de gripe aviar. Oficialmente, desde que se estableció esa prohibición, nunca ha sido levantada, aunque su efectividad ha sido en cierta época discrecional.
Parecería que en el fondo de las prohibiciones subyace un interés marcado de retaliación o de presión de parte de las autoridades haitianas, por el tema migratorio, pues las últimas vedas han sido aplicadas a partir de alguna medida dominicana sobre el tema, aparentando ser una forma de reacción premeditada.
La falta de comunicación oficial ha sido un punto común en las prohibiciones dispuestas por Haití. La penúltima fue dispuesta apenas dos días después de una reunión entre los presidentes Danilo Medina y Michel Martelly, por lo que la decisión haitiana fue considerada como una descortesía, pues bien pudo haber sido adelantada al gobernante dominicano. Pero parece que del lado haitiano no hay mucho interés en sostener con la República Dominicana un intercambio comercial sobre reglas definidas, estables, tomando en cuenta que desde la parte oriental de la isla procede la mayor parte de las importaciones que necesita, de alimentos y otros bienes. Esa discrecionalidad que rodea al intercambio comercial domínico-haitiano debe ser un reto adicional para República Dominicana.
