Puentes dan vida a negocios informales

Santiago. Los negocios informales, desde tiendas improvisadas de ventas de zapatos hasta frituras o metaleras, colocados debajo de los puentes comienzan a proliferar sin que las autoridades municipales pongan freno.

Santiago. Los negocios informales, desde tiendas improvisadas de ventas de zapatos hasta frituras o metaleras, colocados debajo de los puentes comienzan a proliferar sin que las autoridades municipales pongan freno.Algunos pagan hasta 100 pesos semanales al cabildo local para poder permanecer en el lugar. Otros lo hacen bajo el amparo de que son padres y madres de familia.

Pablo Torres decidió improvisar un puesto de venta de zapatos, bajo el puente de la avenida Imbert con la calle A. González. En el espacio, tomado como confección de calzados en piel, laboran cinco hombres que desde tempranas horas de la mañana llegan con agujetas, hilos y grandes cantidades de piel a elaborar zapatos en plena vía pública, los que, dicen, son vendidos como pan caliente. El horario inicia a las ocho de la mañana y concluye a las seis de la tarde como una empresa formalizada. Pablo Torres, quien emprendió el negocio de confección de calzados en su residencia hace cerca de diez años, decidió colocar el espacio a la vista pública para tener así mayores posibilidades de venta.

Otros “establecimientos”

En el lugar operan también negocios de comida rápida y una parada de guaguas con destino hacia la provincia Espaillat y Licey al Medio. Por las noches, el puente sirve para aparcar hasta 30 y 40 vehículos.

Otro de los lugares donde son instalados los puntos de ventas es debajo del puente Hermanos Patiño, donde existen comercios de manera irregular desde hace más de 30 años.

Ventas de alimentos, calderos, cucharones y otros utensilios de aluminio; un taller de mecánica y hasta un asadero de cerdo operan todos los días del año debajo de la pasarela. Algunos se resisten al pago del impuesto municipal por considerarlo excesivo.

Ciudadanos ven descuido de autoridades

En algunos casos los que no tienen un puesto improvisado toman los puentes o los elevados como lugar donde pasar la noche.
A pesar de las quejas y denuncias de ciudadanos preocupados por el caos que generan los negocios informales, hasta el momento las autoridades municipales no han tomado ninguna acción para recuperar los espacios.

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