Loyola de Dajabón aporta mayoría de técnicos de frontera

Desde el año 1946 el Instituto Tecnológico San Ignacio de Loyola (Itesil), de Dajabón, ha aportado la mayoría de los técnicos que necesitan los sectores productivos de la frontera y la Línea Noroeste de la República Dominicana.El…

Desde el año 1946 el Instituto Tecnológico San Ignacio de Loyola (Itesil), de Dajabón, ha aportado la mayoría de los técnicos que necesitan los sectores productivos de la frontera y la Línea Noroeste de la República Dominicana.

El instituto politécnico oferta el bachillerato técnico en carreras como enfermería, agronomía, informática, electricidad, ebanistería y para el próximo año incorporará la de mecánica industrial. De ellas, la enfermería, la agronomía y la informática tienen la mayor cantidad de estudiantes.

Actualmente acoge a 514 estudiantes provenientes no solo de la provincia de Dajabón, sino de provincias como Valverde, Santiago, Montecristi y otros tantos de las ubicadas en el suroeste, como Independencia y Elías Piña. El Itesil, que es gerenciado por la Orden Jesuita de la Iglesia católica, cuenta con un cuerpo de 40 profesores, los cuales son contratados por la institución, y funciona en la modalidad de tanda extendida, ofreciéndole a los estudiantes transporte y alimentación y a 105 de ellos el albergue.

Ernesto Rufo Jiménez, director académico, afirma que aunque inicialmente el instituto surgió para formar técnicos varones, hoy día la relación entre hombres y mujeres es del 50-50, ya que cada día el sexo femenino se interesa por carreras que eran tradicionales de los hombres.

Aporte de la Iglesia

El Itesil es el primer instituto de formación técnica del país y fue creado en marzo de 1946 por la Compañía de Jesús con el objeto de promover entrenamiento práctico y técnico en agricultura básica a los jóvenes de la región, por lo que en principio los estudiantes se titulaban en Maestros en Cultivos y Administradores de Fincas Rurales.

Al mismo tiempo, se enseñaban deberes morales y cívicos, con un compromiso hacia el mejoramiento social de Dajabón, provincia ubicada en la región del Cibao Noroccidental del país, y una de las cinco alineadas físicamente en la frontera con Haití.

Las estadísticas indican que la población de entre 20 y 30 años tienen la tendencia a emigrar hacia otros centros urbanos, ya que el nivel de desempleo ronda el 20% en el trabajo formal y más del 60% vive del empleo informal o del “picoteo” que genera el comercio con el vecino país.

No obstante, observa el profesor Santiago Rodríguez Reyes, decano de alumnos de Loyola, la provincia es una de las que más alto índice de inscripción presenta con un 89%, solo superada por el Distrito Nacional, Espaillat y Santiago.

Pero a pesar de esto, el Itesil apenas acoge anualmente unos 150 estudiantes, por lo que para ser admitido el estudiante debe pasar un examen y ya inscrito no debe repetir más de cuatro materias.

Nivel de empleabilidad

El director académico, Ernesto Rufo Jiménez, y la profesora de informática, Rosa Cristina Sierra, coinciden en afirmar que el nivel de empleabilidad de los egresados del Itesil es de poco más del 90%, lo que revela la calidad de la enseñanza.

La profesora Sierra pone como ejemplo que en el bachillerato en Informática los estudiantes aprenden competencias como desarrolladores, programación, base de datos, innovación y creación de sistemas para pequeñas empresas.

Y lo mismo pasa con los estudiantes de enfermería, los cuales son esperados por clínicas y hospitales para darle trabajo debido a la capacidad demostradas, al igual que los de Agronomía, que realizan sus prácticas en una finca de 300 tareas en las cuales se imparten prácticas con cultivos, arroz, aves, pecuaria, caña de azúcar, producción de bananos y los diferentes tipos de ganadería.

Al respecto, Rufo Jiménez precisa que las empresas de la zona fronteriza y la línea Noroeste quedan sumamente impresionados con los estudiantes que realizan pasantías, al punto que optan por emplearlos.

“El problema”, observa, “es el nivel de edad conque los estudiantes se hacen bachiller, que no les permite emplearse”.

Sin embargo, explica, “los empleadores llegan a acuerdos con los padres de los muchachos para poderlos emplear, porque daría pena que esos talentos se queden en el aire”.

Opinión de estudiantes

Lorena Báez
Cuarto de enfermería
“Lo que he aprendido en Loyola me ha sido muy útil en todo, pues soy enfermera, puedo trabajar en cualquier hospital o clínica porque las prácticas forman a los estudiantes sobre la base de situaciones reales, pero también me servirá para mis estudios de medicina”.

Paola Elizabeth Zapata Holguín
Segundo de agronomía
“Estudiar en Loyola es una experiencia maravillosa, muy buena, ya que una adquiere una buena formación, la que nos prepara para trabajar tan pronto terminemos los estudios, y eso nos permite al mismo tiempo costearnos los estudios de la universidad”.

Pelfi Leandro Cruz
Tercero de agronomía
“Cuando salga de Loyola podré desempeñar cualquier trabajo que se me presente en el área de la agronomía, pues me han preparado muy bien. Este instituto me ha hecho otra persona, me ha ayudado a desenvolverme mejor en todo en la vida”.

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