Quizás las dos selecciones más especiales de esta Copa América se verán las caras este sábado. Verdaderamente una final ideal por varias razones:
PRIMERO – Han sido los equipos que mejor fútbol han hecho a lo largo del torneo. Argentina y Chile han apostado por lo ofensivo en un contexto en el que el fútbol de marca ha reinado y eso siempre es de agradecerse.
SEGUNDO – Son dos generaciones únicas en el tope de sus poderes. Chile, con gente como Vidal, Alexis, Díaz y varios más, disfruta de su mejor colección de futbolistas en mucho tiempo. Este grupo, que desde la etapa Bielsa hasta hoy ha crecido un montón, nunca estuvo más fino. Con Argentina ni hablar. Estamos hablando de la generación de Messi, Mascherano, Agüero y Di María. Estos dos colectivos de futbolistas han pasado por un proceso de desarrollo que les ha llevado a dar muchas alegrías a su país, pero lamentablemente nunca han podido dedicarle un título. Este sábado la cosa cambia.
TERCERO – El subtexto de rivalidad que existe entre Argentina y Chile asegura intensidad. Las diferencias entre estas dos naciones a lo largo de la historia no nacieron en lo futbolístico, más bien en lo político y lo social, pero sin duda se sentirán sobre el campo. Varias anécdotas nos servirían para representarla en este torneo. Hubieron, por ejemplo, notables silbidos al himno argentino por parte de los fanáticos chilenos en la semifinal del martes. También, para agregar algún tono jocoso a la nota, habría que resaltar el resultado de una encuesta hecha a los chilenos durante el juego de Argentina y Jamaica de fase de grupos: votaron 72% versus 28% que ganaban los Reggae Boys. ¡Ya les hubiese gustado!
Importante recordar lo bien que se le dan las tierras chilenas a la albiceleste. El campeonato sudamericano se ha jugado en Chile, con esta edición, siete veces. De las seis anteriores, Argentina ganó cuatro y llegó a la final en dos. Este fin de semana le toca otra vez… ¡Se espera buen juego!
