Reunidos en cinco voluminosos tomos, los comentarios, reseñas y crónicas publicados durante veinte años por el escritor José Rafael Lantigua en prestigiosos diarios dominicanos resultan para el lector, sobre todo para quienes siguieron esas páginas, un gratificante recorrido por un camino transitado anteriormente, para dejar en el ánimo la sensación del reencuentro con “Espacios y Resonancias” que merecen estar a la mano de quienes se interesan por la cultura en general.
Desde su debut en 1983 en el Nuevo Diario, su continuidad dos años después en Última Hora, para trasladarse al Listín Diario en el 2000 donde culminó en el 2003, Biblioteca, como se llamó el suplemento, fue el punto de encuentro por excelencia de los lectores dominicanos. Ningún afán de lisonjas para el colega Lantigua. Honrar honra, afirmaba Martí, y si dejásemos de reconocer su labor, las piedras hablarían por nosotros.
Es lo mismo que reconocen en los respectivos tomos los prologuistas Franklin Gutiérrez, Alejandro Arvelo, René Rodríguez Soriano, Aníbal de Castro y Carmen Imbert Brugal. “Pude crear los espacios. Las resonancias, que impulsé con mis escritos, las alcanzó cada cual con sus ejercicios literarios”, dice el autor al valorar su trabajo.
Como observará el lector, Espacios y Resonancias no se limitan a promover el libro como arte literario, sino que abarca todas las temáticas. Además de poesía, novela, cuento y ensayo, se encuentran comentarios de obras sobre gastronomía, música y deportes, por solo citar algunas expresiones de la cultura local e internacional. “No fui ni quise ser jamás otra cosa que no fuese un cronista literario cubierto de lecturas incesantes como única arma de valor”, confiesa el autor, revelando el espíritu de las publicaciones. Y refiere a seguidas: “Algunos me culparon de ser demasiado generoso. A lo mejor fue así. Era preferible abrir puertas que cerrarlas”. Otros dos tomos completarán el banquete, para deleite de lectores dominicanos y extranjeros. Enhorabuena, bibliófilos.
