La cara y peligrosa carretera a Samaná

Dos fatales accidentes de tránsito, ocurridos recientemente en la estrecha y peligrosa carretera Santo Domingo – Samaná, con balance de 18 muertes y 26 heridos, han puesto a los dominicanos a debatir si las causas de los frecuentes accidentes en…

Dos fatales accidentes de tránsito, ocurridos recientemente en la estrecha y peligrosa carretera Santo Domingo – Samaná, con balance de 18 muertes y 26 heridos, han puesto a los dominicanos a debatir si las causas de los frecuentes accidentes en esa carretera, de peaje súper caro, son las imprudencias de los conductores, son errores constructivos, o una combinación de ambas cosas.

Es cierto que muchos conductores son imprudentes al conducir por las carreteras, pero en ingeniería se diseña y se construye para neutralizar la mayor cantidad de imprudencias humanas, y por ello las carreteras modernas son amplias, llevan isletas centrales, muros New Jersey, largo control visual frontal, amplios radios de curvatura y altos peraltes en curvas cerradas, a fin de minimizar los accidentes de tránsito por imprudencias.

En el año 2009 publicamos en el periódico El Día un artículo titulado “Los Peligros de la carretera a Samaná”, donde decíamos que “la carretera fue muy fiel a la topografía, se dejaron pequeños promontorios (cerros) innecesarios, que ondulan el perfil longitudinal de la estrecha carretera, y esto hace que cuando usted asciende por la pendiente se pierda totalmente la visual del tramo recto delante de usted, y por la razón antes expuesta usted no sabe si en los próximos 40 metros frontales a usted hay un vehículo rezagado o averiado, o si viene un vehículo rebasando y ocupando el carril que le corresponde a usted, y por esa innecesaria pérdida de la visual usted se expone al riesgo de ver el otro vehículo cuando ya el choque es inevitable, y en este aspecto hay 32 tramos peligrosos”. Los 2 recientes accidentes fatales, con 18 muertes y 26 heridos, lo confirman.

Completamos ese artículo diciendo que “la carretera tiene peligrosas curvas muy fuertes, impropias de una autopista moderna o de una carretera moderna, con peligrosas curvas secuenciadas en S, y peligrosas curvas con muy bajo ángulo de peralte, o sin ningún peralte”, y ahora ese serio problema constructivo ha querido ser resuelto colocando reductores de velocidad, en lugar de aumentar el ángulo de peralte de las curvas.

Posteriormente, en el año 2014, publicamos en el periódico elCaribe, un artículo titulado “Entre peajes caros y peajes baratos”, donde decíamos que “Un viaje de ida y vuelta a Las Terrenas tiene un costo de RD$1,638.00 para vehículos livianos; RD$3,328.00 para los microbuses y minibuses, RD$4,346.00 para autobuses y camiones de dos ejes y RD$6,154.00 para camiones y volquetas de 3 ejes, a todo lo cual debemos sumarle los RD$2,740.00 pagados por el Gobierno como peaje oculto por cada vehículo, totalizando un exorbitante costo que varía entre RD$4,378.00 para los vehículos livianos (RD$16.20/km) y RD$8,894.00 (RD$32.90/km) para los vehículos pesados de 3 ejes”, peajes de muy alta rentabilidad.

Pero como el Estado Dominicano aportó el 20% de los 151 millones de dólares gastados en la vía, el Gobierno debía recibir el 20% de los beneficios de los peajes de la vía, sin embargo, ocurre todo lo contrario, pues el Gobierno no recibe ni un centavo, y debe entregar anualmente cerca de 2,000 millones de pesos en subsidios, como peaje complementario adicional al carísimo peaje pagado por los usuarios, totalizando subsidios por 7,950 millones de pesos en el período 2012-2015, equivalentes a 181 millones de dólares, es decir, en 4 años el Gobierno ha entregado subsidios que totalizan el costo total de la vía, más 30 millones de dólares adicionales a lo que costó la vía, lo que obliga a una urgente revisión o rescisión de ese Contrato, porque de seguir como vamos, en los 30 años consignados en dicho Contrato el Gobierno habrá pagado 10 veces el valor de esa insegura vía, y los usuarios habrán pagado 5 veces el valor de esa estrecha vía, y para el país ese es muy mal negocio.

Para corregir lo que está mal, el Estado Dominicano está en el deber de asumir el control total de esa vía, pagando lo que sea necesario pagar a los accionistas privados, e intervenirla de inmediato para corregir todas las deficiencias constructivas, modificando el perfil en los 32 tramos donde hay pérdida total de la visual frontal distante, de forma tal que el conductor tenga un control visual frontal de al menos 400 metros, corregir todos los peraltes de las peligrosas curvaturas, ampliarla a 4 carriles, colocarle muros New Jersey, desprenderse del pesado subsidio estatal anual pagado como peaje complementario, y reducirle el 75% al altísimo costo del peaje que pagan los usuarios.

Al igual que en el caso del Contrato minero Barrick, donde el Presidente Danilo Medina corrigió todo lo que estaba mal, y recibió apoyo nacional, en este Contrato vial tiene el mismo deber de corregir todo lo que está mal, y recibirá el mismo apoyo total.

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