Una cortina de humo

A las autoridades de Haití hay que reconocerles una extraordinaria inteligencia por la forma en que orquestaron esta última campaña contra la República Dominicana, y especialmente, cómo han manipulado a los secretarios de la ONU y la OEA, con…

A las autoridades de Haití hay que reconocerles una extraordinaria inteligencia por la forma en que orquestaron esta última campaña contra la República Dominicana, y especialmente, cómo han manipulado a los secretarios de la ONU y la OEA, con la complicidad de los descarados líderes del Caricom, que sin disimulo no toleran a los haitianos en sus países.

La inteligencia haitiana no se manifiesta solo en la calidad de la campaña, sino especialmente cómo mediante la misma logran lanzar una torva sobre la realidad haitiana, en particular, el compromiso de celebrar elecciones congresuales y municipales en agosto y las presidenciales en octubre, postergadas las primeras con argucias desde 2011.

Precisamente, uno de los argumentos más “contundentes” de Martelly que lo inducen a denunciar las “deportaciones masivas” de compatriotas es la amenaza que representan para la celebración de las elecciones, toda vez que presagian “un desastre humanitario que podría desestabilizar al país y su economía” y ponen en peligro “la paz y la seguridad regional”.

La realidad es, sin embargo, que “las deportaciones masivas” son una ficción. Sólo con observar el curso de la campaña descubriremos que estamos ante una cortina de humo.

El 1ro. de julio, Luis Almagro, secretario de la OEA: “Es imperativo cesar los movimientos migratorios forzosos” y anuncia que una “comisión de supervisión” viajará a República Dominicana; en la misma fecha, Bocchit Edmond, representante de Haití ante el Consejo Permanente de la OEA, dice que “la repatriación masiva, organizada y forzada, creará un desequilibrio en el proceso electoral de Haití”; el 02-07-2015, Evans Paul, primer ministro de Haití, denuncia repatriaciones arbitrarias. Al otro día, el discurso patético de Martelly en Barbados.

Después de los vientos huracanados, el embajador haitiano en el país, Daniel Supplice, confiesa al periódico haitiano Le Nouvelliste, el sábado, que sus autoridades fueron las responsables de que muchos compatriotas no pudieran registrarse en el Plan Nacional de Regularización.

En realidad, Haití no desea “un Memorando de Entendimiento sobre el Proceso de Repatriación”. Muy temprano eso fue rechazado firmemente por las autoridades dominicanas.

Todo fue un espectáculo. Una cortina de humo. República Dominicana debe continuar con apego a la ley y a los principios del Derecho internacional.

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