Una ley de avanzada

La República Dominicana tiene ya una Ley de Quiebra. El pasado martes la Cámara de Diputados aprobó la legislación que previamente el Senado había sancionado. Solo falta la formalidad de que el Poder Ejecutivo la promulgue.

La República Dominicana tiene ya una Ley de Quiebra. El pasado martes la Cámara de Diputados aprobó la legislación que previamente el Senado había sancionado. Solo falta la formalidad de que el Poder Ejecutivo la promulgue.La normativa, cuyo nombre técnico es Ley de Reestructuración y Liquidación de Empresas y Personas Físicas Comerciantes, es considerada por el sector empresarial como un avance histórico en materia económica y negocios.

Una vez en vigor, el país tendrá un instrumento de oxigenación temporal para las empresas y personas comerciantes que tengan dificultades de pagos.

Los procesos para la reestructuración están definidos en la ley, la cual también establece plazos durante los cuales los agentes del sistema financiero no podrán cobrar intereses ni embargar. Es una medida cautelar para que las empresas logren superar las dificultades de liquidez que las han llevado a ser sujeto de reestructuración financiera.

Para los empleados, la legislación establece privilegios para el pago de sus prestaciones. En caso de que haya que liquidar a una empresa acogida a la Ley de Quiebra, dispone que con los activos subastados se liquide al personal, en segundo lugar se cancelen las deudas fiscales y luego se les pague a los acreedores.

Con la nueva ley, República Dominicana ingresa a un club mundial de cerca de 190 países que poseen una legislación que permite a las empresas en dificultades de pagos reestructurarse o, en el peor de los casos, liquidar sus activos en forma organizada.

El componente fundamental de la legislación es que permite que cualquier empresa o comerciante que se encuentre en cesación de pagos o que simplemente quiera liquidar sus activos por razones de quiebra, pueda acogerse a un mecanismo que le ayudará a reorganizarse y pagar sus deudas o liquidar sus propiedades en forma organizada.

Con esta ley, República Dominicana envía un mensaje positivo a los inversionistas extranjeros, toda vez que sale de un renglón en el cual, por falta de una ley de quiebra, reprobaba todas las evaluaciones que hacía el Informe Doing Business del Banco Mundial.

Además de modernizar la legislación económica dominicana, la nueva ley mejorará el clima de negocios del país.

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