Pedro el Inmortal

Pedro Martínez fue formalmente instalado ayer en el Cooperstown, el salón de la fama donde son llevados los inmortales del béisbol, el llamado Deporte Rey.El diestro lanzador es apenas el segundo dominicano en ser exaltado al máximo…

Pedro Martínez fue formalmente instalado ayer en el Cooperstown, el salón de la fama donde son llevados los inmortales del béisbol, el llamado Deporte Rey.

El diestro lanzador es apenas el segundo dominicano en ser exaltado al máximo escalafón al que puede llegar y aspirar un deportista. Pedro Martínez se une al también lanzador Juan Marichal, quien fue exaltado hace 32 años. Dos lanzadores de épocas y estilos diferentes, pero que hicieron historia en el béisbol de Grandes Ligas
Aunque él lo definió ayer, en su discurso durante el acto de exaltación, como regalo, su inclusión en el salón de la fama fue una decisión muy bien ganada. Las cifras acumuladas a lo largo de su carrera así lo confirman.

El anuncio de su elección le llegó a Pedro Martínez el Día de Reyes y la instalación el Día de los Padres. Dos fechas que en la cultura dominicana significan regalos. Por eso Pedro, como buen dominicano, asoció y acogió los acontecimientos de esas dos fechas como regalos. Es parte de su personalidad, de su sencillez.

En el terreno de juego fue todo un gladiador, un luchador lleno de coraje, un guerrero intimidante. Aparentaba en ocasiones hasta pedante. Esas particularidades, sin embargo, contrastan con la personalidad solidaria, sencilla, discreta al extremo que tiene el también llamado “Pedro el Grande”, calificativo que le llega no precisamente por su estatura física, sino por la grandeza de su hazaña.

Tres premios Cy Young, una Triple Corona de pitcheo en 1999, ocho veces convocado al Juego de Estrellas, tres veces líder de su liga en porcentaje de ganados y perdidos y con .687 de por vida, cinco títulos de efectividad, tres veces líder de su liga en ponches, con nueve temporadas de 200 o más abanicados, son números que muestran que Pedro Martínez acumuló méritos sobrados para desde ayer estar instalado en Cooperstown.

Su discurso en el acto de instalación, el último de la ceremonia, luego de los otros tres exaltados, fue también una pieza que mostró la grandeza de Pedro, su aprecio por su patria y sus compatriotas.

Congratulaciones Pedro, llegaste al lugar donde debías llegar, y te lo
ganaste. l

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