Agua, ayer y hoy

A diferencia de su madre, mi joven hija nunca ha “cargado agua”, al nacer dentro del sector social privilegiado con el líquido permanentemente dentro de la vivienda, gracias a la inefable bomba-cisterna individual. Yo estoy entre las generaciones&#82

A diferencia de su madre, mi joven hija nunca ha “cargado agua”, al nacer dentro del sector social privilegiado con el líquido permanentemente dentro de la vivienda, gracias a la inefable bomba-cisterna individual. Yo estoy entre las generaciones en cuya crianza brilló aquella angustiosa y sempiterna estampa de nuestro subdesarrollo. Provengo de la pobreza urbana y durante buena parte de mi vida la “normalidad” fue comenzar el día con la correspondiente “buscada de agua”, desde alguna acometida o cisterna barrial. En esta crítica sequía corresponde a todos aquellos dominicanos de sectores medios o altos, que como yo ayer cargaron agua y hoy se bañan en sus duchas o jacuzzis, reflexionar en cuán afortunados son y reverentes, ahorrarla. Por humanidad y deber. 

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