El tránsito, Danilo y el Gobierno

El presente gobierno del presidente Danilo Medina tiene múltiples aspectos en los cuales se destaca el gran trabajo y las grandes transformaciones alcanzadas. Nadie puede negar que en el plano educativo, en las visitas periódicas, en la ayuda y…

El presente gobierno del presidente Danilo Medina tiene múltiples aspectos en los cuales se destaca el gran trabajo y las grandes transformaciones alcanzadas. Nadie puede negar que en el plano educativo, en las visitas periódicas, en la ayuda y apoyo a las pymes, en el Plan de Alfabetización, en el área de la vivienda, en el área de la salud y en muchos otros, el actual gobierno ha obtenido muy buenas notas por sus ejecutorias. Y eso explica la gran popularidad del presidente Medina y la confianza del pueblo en su gestión.

Sin embargo, existen algunas áreas de mucha importancia para todos nosotros los ciudadanos, en las cuales se ha hecho muy poco o casi nada significativo. Uno de esos aspectos es el tránsito. En nuestra nación el tránsito es un verdadero caos, un desorden mayúsculo que avergüenza. Lo primero es que la ley que regula el tránsito, la 241, es obsoleta y fuera de toda realidad, pero no se ha hecho nada para transformarla. Por demás, nadie respeta esa ley y hay una actitud generalizada de no acatar ninguna ordenanza del tránsito. No se respetan los semáforos, no se respetan los espacios públicos, no se pagan las multas, no existe un sistema estricto de seguimiento a las multas, miles de vehículos transitan sin placa, sin seguro, sin revista, y en el caso de los motores la situación llega a niveles de calamidad pública, pues más del 80% de los motoristas transitan en las calles sin ningún papel que los avale.

Si bien es cierto que en los últimos años la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) ha tratado de jugar un papel de primer orden en la organización y respeto de las normas en el tránsito, lo cierto es que estamos cada vez peor. No existen políticas públicas claras ni definidas ni los últimos gobiernos han mostrado una vocación real de querer resolver la situación. En el caso específico del gobierno del presidente Danilo Medina, este no ha dado muestras de querer enfrentar esta situación con la debida importancia y creo que ya es tiempo de que lo ponga en su agenda.

Entiendo que el Gobierno debe declarar el tránsito en estado de emergencia y nombrar una comisión presidencial que, en un plazo no mayor de un mes, presente una propuesta de modificación de la ley de tránsito y la implementación de un sistema de cobro de las multas, el cual esté vinculado a otras áreas de la sociedad para llevar a quien sea multado por infracciones de tránsito a que no pueda hacer transacciones bancarias, a que después de una determinada cantidad de multas se le suspenda la licencia y así otras medidas que lleven a que se respeten las normas del tránsito.

Estas decisiones deben estar precedidas de una gran campaña de concientización sobre el respeto a las normas del tránsito, la cual debe durar unos seis meses a partir de los cuales los agentes de Amet y las instituciones responsables del tránsito deben actuar sin contemplaciones en la aplicación del régimen de sanciones que se establezca para estos fines.

Danilo ha logrado grandes éxitos en muchas áreas de la sociedad. Pero ya es hora de que enfrente con firmeza y voluntad política los problemas del tránsito y los resuelva aun sea mínimamente. Si lo hace, estoy absolutamente convencido de que pasará a la historia como uno de los presidentes más trascendentes de la historia. Ya es hora, presidente Medina: ¡Manos a la obra en el tránsito! 

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