Pastoral de Migrantes de la CED aboga por voluntad política para diálogo entre RD y Haití

La Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) hizo un llamado a la concordia, para que se retome el diálogo con Haití, “en un clima de transparencia y respeto mutuo, ejerciendo la voluntad política&#

La Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) hizo un llamado a la concordia, para que se retome el diálogo con Haití, “en un clima de transparencia y respeto mutuo, ejerciendo la voluntad política de Estado que permita avanzar en el proceso iniciado con el PNRE=Plan Nacional de Regularización para Extranjeros, y para dirimir cualquier dificultad que pudiera obstruir las relaciones de convivencia pacífica”.

La sugerencia fue formulada en el entendido de que en el espectro actual de las tensiones Haití-RD “convergen factores bilaterales y peligrosos factores extra-insular”,  según expresa en un documento que firman el presidente de la Comisión de Pastoral de Migrantes, el obispo Diómedes Espinal, obispo de la Diócesis Mao-Montecristi, y sus demás miembros.

Además de monseñor Espinal, obispo de la Diócesis Mao-Montecristi, el documento lo firman los sacerdotes Julio Acosta (Julin), secretario ejecutivo; Regino Martínez, delegado por la Diócesis Mao-Montecristi; Guillermo Sierra, de la Diócesis de Baní; y los delegados de la Arquidiócesis de Santiago Fisner Vaillant, de la de San Pedro Macorís; y Tobías Cruz, Ulrik Joseph Morisset y el diácono  St.Remy Desravines.

También, los curas Juan Luís Bonilla, delegado de la Diócesis de Puerto Plata; Eduardo Saint Jean, de la Arquidiócesis Santo Domingo; y Jacky Agena, secretario.

De manera específica, se establece que sin obviar las responsabilidades propias de los dos (2) países que comparten la isla, la Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes hace un llamado a la concordia, para que se retome el diálogo, en un clima de transparencia y respeto mutuo, ejerciendo la voluntad política de Estado que permita avanzar en el proceso iniciado con el PNRE=Plan Nacional de Regularización para Extranjeros, y para dirimir cualquier dificultad que pudiera obstruir las relaciones de convivencia pacífica.

Reinsistimos, continúa el documento, en retomar el diálogo bilateral fundado en la verdad y la justicia, no así, en falacias y mentiras.

Y sobre todo, agregó, con auténtica voluntad política de Estado hacia la solución jurídica definitiva para los migrantes irregulares y los indocumentados nacidos en RD.

Opinaron que ejercer el diálogo comporta respeto corresponsable y capacidad soberana de autodeterminación. “Así, a cada uno le toca ordenar su propia casa (sin injerencia foránea ni tutela externa)”, añadió.

El órgano de la Iglesia Católica saludó y felicitó a las autoridades por los esfuerzos -que a través del PNRE- han coadyuvado a la inscripción de 288,466 solicitudes de irregulares, y 55,000 actas revalidadas que le devuelve su condición de dominicano y dominicana a igual número de nacidos y nacidas en República Dominicana.

Los religiosos dijeron que se también se congratulan con el hecho de haberle concedido a una parte considerable de los cañeros su documento de residencia, y con la entrega de los carnets a los ya calificados del PNRE.

La Comisión Nacional de Pastoral de Migrantes de la CED dijo que “reexhortamos a las autoridades de RD a no escatimar esfuerzo alguno en continuar ampliando las facilidades del PNRE para los inscritos que aún no han completado sus expedientes”.

Por igual, extender la generosidad solidaria para que otros y otras migrantes, obstruidos y dilatados por el PIDIH=Programa de Identificación y Documentación de Inmigrantes Haitianos, y también por la complicada requisitoria del PNRE, puedan tener nueva oportunidad de inscribirse.

También exhortaron a concentrar esfuerzos en alcanzar el máximo de prontitud y agilidad en el proceso de entrega de los carnets a los inscritos ya calificados, y al mismo tiempo, no descuidar el trato respetuoso, en todos los procedimientos, para con los migrantes que, exasperadamente, sufren y pelechan por obtener su status legal.

 
Los religiosos instaron al gobierno dominicano a “no dejarse provocar por los grupos extremistas antimigrantes que apuestan por el fracaso de la iniciativa del PNRE y practicar la clara voluntad política de Estado de continuar regularizando con dignidad y justicia social”.

Los dominicanos de origen haitiano

De otro lado, expresaron preocupación por la suerte de los miles -hijos e hijas de ascendencia haitiana-, nacidos y nacidas en República Dominicana, “clasificados como grupo B, acorde a la Ley RD de Naturalización #169-14”.

Precisaron que “esta gente vulnerable, indefensa, empobrecida e indocumentada, espera por una solución justa, que le identifique como personas documentadas para la garantía de sus prerrogativas, con pleno ejercicio de ciudadanía”.

“No se saluda ni se felicita la negligencia, indolencia e indiferencia de autoridades, sean éstas haitianas o dominicanas, que dilatan y obstruyen el proceso de documentación para con los migrantes desprovistos de recursos y que confrontan dolorosos obstáculos, al momento de diligenciar sus papeles para inscribirse y completar sus expedientes”, dijeron los representantes de la Iglesia Católica.

Destacaron que, en cambio, aguardan saludar y felicitar el cambio de actitud que conlleve facilitar a los migrantes la obtención de sus documentos.

Los religiosos hicieron en varios puntos varias exhortaciones y advertencias “ante el espectro crítico de las actuales tensiones entre los dos países (Haití-RD) y a la luz de la palabra bíblico-profética del Profeta Baruc (Ba. 2,12-13; 3,9-11.14.20; 4,2-4)”.

Entre ellas citaron la pertinencia de dotarse de sabiduría para no encadenarse en prisiones estúpidas, saliendo de las tinieblas y caminar hacia la claridad de la luz, para que resplandezca la justicia social en toda la isla.
Asimismo, “adoptar la prudencia que nos hace generosos en la buena vecindad, cuidando de no dejarnos provocar por intereses inconfesos de fuerzas foráneas que apuestan por la conflictividad y la enemistad de nuestros pueblos caribeños-hermanos”. 

Sugirieron evitar que una ceguera alienada ensordecida nos lleve a aventurar la ruta tenebrosa de una situación conflictiva bilateral de consecuencias imprevisibles (Pretexto-Caldo de Cultivo para los USA, que manipulan y saben usar crisis= los USA conflictos, los USA haitianos, los USA dominicanos, los USA caribe…). 
Por igual, discernir, para aprender dónde está la fuerza y la inteligencia, de manera que en Haití y en República Dominicana se llegue a proclamar: “una nueva generación gozará de la luz del día y poblará la tierra, porque, de una vez por todas, recreados en la justicia social, todos los habitantes de la isla, con sus respectivos ordenamientos jurídicos justos, habrán alcanzado el ejercicio pleno de su dignidad”.

Agregó que, así, entonces, toda persona migrante o no migrante, podrá saberse hijo e hija del Dios Padre que nos quiere vecinos-hermanos en nuestros respectivos países.

Liborio y Charlemagne:

Al final de la declaración, los religiosos hicieron “Dos (2) Observaciones Preventivas: “1-El recién pasado 28-7-2015, se cumplió un siglo (100 años) de la 1ra. Invasión-Ocupación Militar de Marines EE.UU. a Haití; y 2-El 3-5-2016 se cumplirá el siglo (100 años) de la 1ra. Invasión-Ocupación Militar de Marines EE.UU. a Dominicana”.

Observaron que de esas dos groseras-amargas experiencias de terror y horror-mancilla de los USA intervenciones, surgieron 2 modalidades intersolidarias, bilateral, que se dieron la mano simbolizando la resistencia insular (Charlemagne Peralte, de Haití, y Oliborio Mateo, de República Dominicana).

“Ojalá que estos dos prohombres legendarios alimenten la memoria de la fraternidad solidaria bilateral, de manera que: no nos cojan asando batata, que no nos enemisten, que no le dejemos sembrar cizañas entre nuestros dos países…”.

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