El parque de luces Brillante Navidad es impresionantemente hermoso y sin dudas una muy buena iniciativa. No sólo agrada la vista por su majestuosidad y despierta el ánimo navideño, sino que además tiene opciones de actividades para niños y adultos sin costo alguno, venta de alimentos y bebidas a bajos precios, áreas de esparcimiento que pueden ser utilizadas libremente para hacer picnic o cumpleaños, gimnasio inmenso y bien equipado, baños limpios, entre otras cosas que posiblemente lo convierten en el mejor y más bello parque temático del Caribe.
Sorprende el ataque sistemático que ha recibido el parque en estos días de 2 o 3 voces que, aunque son una pequeña minoría, tienen acceso a medios para hacer mucho ruido. Me parece egoísta y mezquino que personas desde la comodidad de una realidad privilegiada pretendan boicotear la mejor y más bella opción que tienen los padres pobres (esos que sí constituyen mayoría en el país) para que sus hijos disfruten en Navidad. Muestra insensibilidad ante las necesidades ajenas que, mientras los hijos de los que se quejan van a Disney o a las atracciones de las plazas caras de la ciudad porque pueden, quieran dejar sin opciones a aquellas familias que simplemente no pueden.
Estos indiferentes a las injusticias y problemas de los demás parece que olvidan que los niños de escasos recursos siguen siendo niños, y que tienen los mismos sueños, los mismos deseos, que merecen también oportunidades para disfrutar que sus padres no pueden ofrecerle y que valen el esfuerzo, el empeño y la inversión.
Por otro lado, proponer que los eventos se hagan de manera aislada en cada barrio y no en el parque no sólo es absurdo sino que revela mucho de la verdadera naturaleza y humanidad de la gente que está detrás de esto, pues su elitismo ha evidenciado que no se quieren mezclar con los pobres y que no los quieren ni cerca de “su zona”.
Los cuestionamientos desde el punto de vista económico tampoco tienen sentido. Primero porque la inversión no es del sector público, sino de las empresas privadas en calidad de patrocinadores, pero además porque cualquier psicólogo y estudios sobre el tema confirman que el entretenimiento no sólo es parte imprescindible de la vida sino que, al igual que alimentarse o trabajar, es también una prioridad para construir personas y comunidades más saludables.
Los capitaleños tienen derecho a un respiro y este hermoso parque es una bocanada de aire fresco.
