“Deseo conquistar los corazones del mundo”

Su voz de mezzo-soprano atrapa a cualquiera, pero mucho más su hermosa personalidad. Es de aquellas personas que en cuestión de segundos logra hipnotizarnos gracias a su sencillez, ternura y pasión por la vida. Nuestra entrevistada, Janette Márquez,&#

Su voz de mezzo-soprano atrapa a cualquiera, pero mucho más su hermosa personalidad. Es de aquellas personas que en cuestión de segundos logra hipnotizarnos gracias a su sencillez, ternura y pasión por la vida. Nuestra entrevistada, Janette Márquez, para quien sus clases presentaban múltiples desafíos debido a una enfermedad congénita en la vista, es un ejemplo de amor, entrega y tenacidad. Sus limitaciones no impidieron, ni impedirán que siga desarrollando sus facultades auditivas. En cuanto a sus gustos musicales se considera un alma libre: “Fácilmente puedo sentarme a escuchar un concierto de rock o sinfónico. Trato de vivirlo todo porque como artista tengo que entregarle al público algo real, mi esencia, para poder realmente hacer mi trabajo”.

Desde muy temprana edad mostraste aptitudes para el canto, ¿recuerdas algún momento especial de aquellos días?
Vienen varios recuerdos a mi mente, por ejemplo, un concierto en el auditorio de la escuela, cuando tenía seis años. Años más tarde vi el video que grabaron en aquella ocasión y fue muy divertido porque estaba jugando con la bandera en mi mano. También recuerdo mis inicios en el Hogar de la Armonía, donde me adentré más a fondo al mundo de la música. Allí viví momentos que nunca olvidaré (cantar en el coro infantil, los ensayos, conciertos…). Y es que la música siempre me ha traído sanación, paz, alegría. Cada vez que paso por un momento triste me aferro más a ella; siento que me da todas esas cosas que necesito, referentes a mi crecimiento, aceptación y tranquilidad.

La pérdida de tu visión ha sido progresiva, ¿durante tu niñez entendías el mundo de la música como un desafío, o siempre fue algo muy natural?
Todo lo que he tenido que realizar en cuanto a estudios se refiere, siempre ha sido un desafío. Desde pequeña hubo cosas que me causaron mucho impacto y por ende fueron retos. Soy de las personas que cuando alguien intenta decir que no puedo, demuestro que sí. Eso me impulsa. Si la música no había sido tan natural en mí, no hubiese podido superarme, pero al ser algo que amo, todo fluía.

Tus limitaciones físicas no te han impedido seguir adelante. Tu pasión por la música te motivó a estudiar un Bachelor of Music and Minor in Psychology en la Universidad de Westminster, en la ciudad de Princeton, Estados Unidos.
Así es. Con los conocimientos y preparación adquirida pienso devolver todo lo que la música me ha dado. Es una misión que tengo. Cuando canto en un escenario devuelvo lo que la música me hace sentir, trato de dar el todo. Lo veo también como una forma de ayudar a los demás gracias a la musicoterapia.

Sin quitarle méritos a otros géneros e instrumentos musicales, tú elegiste uno de los más exigentes, el canto lírico. ¿Cómo ha sido el proceso de aprendizaje?
Hermoso, porque convivo con la música en todo momento; no la estudio, vivo con ella. Me he apoyado en estrategias que me han ayudado a ir desarrollando mi capacidad musical. Por ejemplo, a mí me resulta escuchar mucha música; ella lo dice todo cuando la escuchas, es clara, transparente, simple, sencilla. Realmente no es tan difícil. Quizás lo más sea la parte técnica porque en ocasiones hay que esperar una edad específica y ciertos repertorios porque quizás no sea el momento; es como ir escalando.

Estudiaste varios instrumentos musicales, ¿por qué eliges el canto?
De pequeña sentía que era muy difícil expresar cómo me sentía con la situación en la escuela, la discriminación… Cuando uno es pequeño uno no entiende el por qué de las cosas. Recuerdo que cuando cantaba la gente me escuchaba sin prejuicios. Además, entiendo que la voz hace una conexión más fuerte con el público. Estas son mis razones.

¿Cómo decides el dedicar tu vida a la música?
Las mismas circunstancias de la vida me condujeron a ella, todo se fue dando naturalmente. Entiendo que la manera en que la música me impactó y el apoyo recibido por parte de mis padres, al ver mi interés, fueron piezas claves en esto. Mi familia ha sido un bastón muy importante. Gracias a Dios nunca he estado sola. Cuando algo te hace bien, tu familia lucha también por ello.

No hay duda de que eres un gran ejemplo de talento, pero mucho más de esfuerzo y dedicación, ¿qué te motiva a seguir adelante día a día?
Mi familia, la fe, el deseo de seguir y no detenerme. Es algo que ni yo misma entiendo. Es también muy importante no mirar atrás nunca. Trato de no retroceder, sino de seguir adelante.

Meta
Las circunstancias me han hecho entender que en la vida uno no puede tener expectativas. Lo único que quiero es cantar por el resto de mi vida”.

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