Carreteras: obras que esperan

El presidente Danilo Medina está comenzando el último año de su cuatrienio, y si bien ha satisfecho comunidades, asociaciones de productores rurales y urbanas, aún muchas zonas no logran materializar soluciones que sirvan para mejorar sus capacidades&

El presidente Danilo Medina está comenzando el último año de su cuatrienio, y si bien ha satisfecho comunidades, asociaciones de productores rurales y urbanas, aún muchas zonas no logran materializar soluciones que sirvan para mejorar sus capacidades para generar riquezas y modificar sus condiciones de vida.

El Suroeste, que sembró tantos sueños con un presidente de la región, no se explica por qué la administración del presidente Medina no termina de mejorar la infraestructura vial. Y menos aún si se tiene en cuenta que el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Gonzalo Castillo, es por igual oriundo de la misma.

El Gobierno comenzó con mucho brío la reconstrucción de la carretera Sánchez. Mejoró el tramo Baní-Azua, pero tres años después no termina de completar el tramo que enlaza a Azua con Barahona. Lo mismo pasa con la circunvalación del municipio de Baní, todavía un mero proyecto. La circunvalación de Azua fue iniciada, pero en tres años no avanza como se desea.

Un tramo carretero de poca extensión, pero de extraordinaria importancia, si se mide por los servicios que podría prestar, en ahorro de combustibles y tiempo de transportación, es el que comunica a Cabral y El Peñón. El mismo aligeraría el tránsito entre Jimaní y Santo Domingo, y por extensión, desde Puerto Príncipe hasta la Capital dominicana. Sería también muy útil para los habitantes de Polo, cuya carretera desde Cabral está en muy mal estado.

La reconstrucción, no ya la repavimentación, de la carretera Azua- Barahona-Cruce de Cabral-Jimaní, es más que prioritaria. El alto volumen de transporte de carga hacia Puerto Príncipe la ha deteriorado brutalmente, especialmente, desde el Cruce del 15. Esas vías tienen más de treinta años en servicio, sin una importante intervención reconstructiva.

El Gobierno está a tiempo de reasumir esas obras.

Nota: No vamos a hablar de la presa de Monte Grande ni de la calamitosa situación de algunos municipios. ¡Son tantos los problemas! Preferimos “dar ruedas” por las carreteras de esa zona, que aún espera, tranquilamente.

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