Albert Pujols y David Ortiz son los dominicanos que más dobles han disparado en la historia de las Grandes Ligas. Pujols, uno de los pocos que pueden pronunciar a todo pulmón que mucho antes de su retiro se había ganado un puesto en el Salón de la Fama de Cooperstown, compila 577 batazos de doble mérito.
Ortiz, un grande que desde mi óptica ya se merece una poltrona en el templo sagrado de las Mayores, registra 573.
La marca para un latino la tiene Rafael Palmeiro con 585. Albert tiene la oportunidad de alcanzarlo en lo que resta de campaña, pero si no es en la actual, ambos deben colocar al cubano a distancia de sus respectivos espejos retrovisores para la contienda de 2016.
Solo 14 han dado al menos 600 dobletes, ninguno de origen hispano y el más cercano es Luis González (596), nacido en Tampa, con familia cubana, aunque con un manejo del español muy deficitario.
No estamos hablando de un logro cualquiera. El doble, como muchas otras estadísticas, no siempre es apreciado en su justa dimensión.
Si de 500 en adelante hay que quitarse el sombrero, entonces la reverencia con 600, máxime si le toca inaugurar el club latino, debe ser, al menos, más prolongada y bien podría incluir un batallón con uniformes verdes, blancos, azules y grises en plena atención.
