Las cifras ofrecidas ayer por el gobernador del Banco Central durante el almuerzo de la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo) reflejan cómo la economía mantiene su crecimiento de manera diversificada.Un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 6.5% durante los primeros siete meses del año, combinado con una inflación acumulada de 1.17% en los dos primeros cuatrimestres, son la fórmula que países y gobiernos anhelan.
Baja inflación y crecimiento son fieles indicadores de estabilidad, ideal para la inversión, fundamental para el desarrollo que debe ser el propósito de todo crecimiento económico, porque implica redistribución de la riqueza.
Las primicias ofrecidas por Héctor Valdez Albizu no se quedaron en cuantificar el comportamiento de los dos principales indicadores de la economía, sino que se extendieron a otras áreas y actividades periféricas y complementarias, como el comportamiento de las principales fuentes generadoras de divisas: turismo, remesas, inversión extranjera directa, zonas francas y exportaciones agropecuarias.
También es alentador el dato que da cuenta de un superávit en cuenta corriente de 18.0 millones de dólares, lo que refleja que ingresamos más divisas que las que sacamos del país. En ese resultado, claro está, influyó la baja que ha estado experimentando el precio del petróleo y sus derivados. Su impacto en la economía local ha sido un ahorro de divisas por 593.9 millones de dólares en el primer semestre del año.
La inversión extranjera directa, con un acumulado de ingreso a la primera mitad del año de 1,073.2 millones de dólares y proyecciones de cerrar el período con 2,100 millones de dólares, es un claro indicador de la confianza que despierta la economía nacional ante los inversionistas internacionales.
Y el flujo de turistas, con un incremento al mes de agosto de 9.4%, fortalece las proyecciones de que durante 2015 el país recibirá un volumen de ingresos de divisas, por todos los conceptos, de aproximadamente 23,000 millones de dólares, más de un tercio del PIB. Es un panorama que sugiere un escenario de estabilidad cambiaria, uno de los temas esenciales de la estabilidad macroeconómica.
¡Los números dicen que la economía va bien!
