¿Por qué no la cierran?

Después que fue creada en 1986 mediante decreto del presidente Joaquín Balaguer, la Oficina Coordinadora y Fiscalizadora de Obras del Estado no sale limpia de un período gubernamental. No hay que hacer ningún esfuerzo para averiguarlo.

Después que fue creada en 1986 mediante decreto del presidente Joaquín Balaguer, la Oficina Coordinadora y Fiscalizadora de Obras del Estado no sale limpia de un período gubernamental. No hay que hacer ningún esfuerzo para averiguarlo.

La Coordinadora pasaría luego a llamarse Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), mediante el decreto No. 590-87, con funciones bien idénticas: “supervisar la construcción de proyectos de infraestructura para beneficio de las comunidades, tales como: construcción, remodelación, reparación y cubicaciones de pagos de obras realizadas por el Estado”. Otro decreto, esta vez del presidente Leonel Fernández, el 446-00, concentraba el poderoso brazo ejecutor de obras de la Presidencia de la República.

La Oisoe es un engendro del Poder Ejecutivo, orientado a disminuir las facultades de la Secretaría de Obras Públicas y Comunicaciones, que es, ahora Ministerio, por su naturaleza, la entidad llamada a ejecutar edificaciones, y especialmente, la fiscalización y la supervisión de las mismas. Dos decretos complementarios le asignan ese rol, además del que le deviene por default, que son el 576-07 sobre Edificaciones y Tramitación de Planos y el 670-10 sobre Supervisión General de Obras.

Pero el Poder Ejecutivo “necesita” manejar un presupuesto para obras, según su propia agenda y propósitos. La administración del presidente Danilo Medina ha ido más lejos, y en atención a la enorme masa de recursos que concentra el Estado para construir escuelas, a la Oisoe se le amplió la capacidad de maniobra.

Mediante el decreto 625-12, el presidente Medina dispuso la creación del “Programa Nacional de Edificaciones Escolares, adscrito al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones e integrado por las dependencias relacionadas al Ministerio y por la Oisoe”.

De esa forma, el Ministerio y la Oisoe fueron autorizados a trabajar con el Ministerio de Educación para la construcción y rehabilitación de las edificaciones escolares. Para Obras Públicas el 60%, y para la Oisoe el 40% de dichas obras.

Nueva vez la Oisoe es fuente de escándalo. ¿Por qué no la cierran, con un simple decreto del Poder Ejecutivo, como pide Finjus y se dejan las edificaciones en los términos de la ley, en manos del Ministerio de Obras Públicas? 

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