Más del Conape

Esta semana que se celebró el Día del Adulto Mayor, como llaman ahora a las personas envejecientes, no pudo ser mejor oportunidad para que especialistas en el tratamiento y cuido de nuestros viejitos hicieran algunas precisiones sobre la ineficacia e infuncionalidad del llamado Consejo Nacional de las Personas Envejecientes (Conape), una entelequia más sumada a la burocracia del Estado en la que están ocurriendo muchas, pero muchas cosas, cositas y cosotas que han generado el cuestionamiento público. Se afirma que el Conape, que recibe del erario un presupuesto fijo anual de más de RD$60 millones (RD$5 millones al mes en promedio), más ingresos adicionales, como un porcentaje de los premios mayores de la Lotería Nacional, entre otros, dedica más del 80 por ciento de los recursos que percibe al pago de nómina, en la que hay gente con sumas respetables como salario y se ignora qué funciones desempeñan en realidad. Lo cierto es, y ya lo hemos escrito en columnas anteriores, que esa entidad es manejada como una finca personal, y el tufo a nepotismo y falta de transparencia ya se torna inaguantable. Circula por ahí una auditoría que practicó la Cámara de Cuentas a esa dependencia, donde abundan las observaciones de irregularidades y cosas mal hechas. Expertos laboriosos en la atención a los envejecientes no se limitan ya a señalar los puntos oscuros de la gestión de Conape sino que están reclamando el relevo de quienes lo dirigen, aunque a decir verdad, es la estructura misma la que está podrida. Con saberse que los manejadores de esa entidad tienen “inscritas” en el Presupuesto General del Estado dizque 5 fundaciones “sin fines de lucro”, precisamente para lucrarse más aún a costa de los envejecientes, y que hasta para filmar un jingle promocional condicionan a la empresa contratada que debe utilizar –¡y pagarles!- a hijos de los funcionarios principales del Consejo, es más que suficiente para aplicar correctivos. ¡Manos a la obra…!