El director ejecutivo del Foro Permanente por la Paz Política y Social, reverendo Domingo Paulino Moya, declaró este lunes que el país camina hacia una quiebra moral con impredecibles consecuencias, que toca el fondo de todo el tejido social del país.
Indicó el ministro y vocero cívico evangélico que la ola de criminalidad y delincuencia común que lesiona la convivencia social comunitaria, “es el reflejo de esta crisis que abate al país, y ha llegado tan lejos que la ciudadanía está atemorizada ante el auge de la delincuencia y le invade el temor de denunciar y atestiguar en hechos delictivos ante los tribunales”.
Paulino Moya resaltó que la gran mayoría de ciudadanos víctimas de robos y atracos no acuden a la Policía Nacional a querellarse, debido a que no confían en los agentes, porque reconocen los nexos que implican la complicidad policial con la delincuencia, lo que es peligroso e inclina a muchos a tomar la justicia por sus propias manos.
Aseveró que es evidente que también el poder judicial sufre una quiebra moral, donde ya la lupa es insuficiente y los oídos innecesarios, por lo que se propone a jueces y fiscales presentar sus conciencias ante el Dios todo poderoso a fin de que estas sea sanadas y así emitan sentencias enmarcadas dentro de la verdadera justicia y equidad.
Paulino Moya estimó que los linchamientos últimos acaecidos en el país, unido a la escalada de suicidios, son la muestra del reflejo de lo que describimos y que es un producto de los daños psíquicos y espirituales, que aparte de la calamidad moral existente, se le añade la presión por una economía que maltrata y lesiona el equilibrio de las mayorías.
“Por ello pido a todos los ciudadanos de la nación acercarse al todo poderoso y pedirle que este panorama tétrico cambie y podamos convivir en una nación donde tengamos paz, seguridad y estabilidad”, expresó el religioso.
El reverendo concluyo diciendo que la falta del temor a Dios y a la justicia es lo que alimenta a criminales y delincuentes comunes a ejecutar actos delictivos sin control, incluso para robar objetos sin gran valor económico como el crimen cometido recientemente en Los Alcarrizos contra un joven que perdió la vida para sustraerle una gorra y unas chancletas.
Ha sucedido así con otros crímenes dolorosos por celulares y sicaritos por ínfima suma de dinero, lo que es una muestra de lo que se acontece en el país, por lo que invitó a los actores políticos principales y de poder de la nación a no buscar culpables, sino más bien a una profunda reflexión de su conciencia que limpia esté junto a su corazón y le permita tomar decisiones justas y responsables que salven la República de la quiebra moral inminente que se avecina si no se hace nada.
