Árbol podrido, fruto podrido

Aunque es un secreto a voces que hay altos niveles de corrupción en distintos organismos estatales, para muchos ha sido una desagradable sorpresa percatarse de los inusitados mecanismos y redes utilizados para enriquecer ilícitamente a funcionarios&#823

Aunque es un secreto a voces que hay altos niveles de corrupción en distintos organismos estatales, para muchos ha sido una desagradable sorpresa percatarse de los inusitados mecanismos y redes utilizados para enriquecer ilícitamente a funcionarios públicos y perjudicar a toda la población.

Fue precisamente en el marco de la tragedia humana que significó el suicidio de un contratista de una escuela pública, que se ha destapado un escándalo de corrupción que va más allá de lo previsible, no porque la corrupción sea algo nuevo en la OISOE, sino porque ya no se conforman con las ilegales comisiones que desde siempre se ha denunciado que existen en las adjudicaciones de obras, sino que se ha llegado al extremo de hacer un negocio ilícito con el tradicional pago a destiempo del Estado; convirtiendo a funcionarios y acólitos en usureros que asfixian a los beneficiarios de los sorteos de obras, a costa de quedarse con gran parte de los pagos del contratista.

Indiscutiblemente la OISOE es una entidad ilegítima, que usurpa funciones del Ministerio de Obras Públicas y cuya única razón de ser es mantener la discrecionalidad en el manejo del gasto en obras, por eso la construcción de escuelas gracias a la asignación del 4% del PIB a la educación, niña mimada de este gobierno, se distribuyó entre el Ministerio y dicha oficina; por lo que por más que quieran voltear la cabeza, nuestras autoridades no podrán evitar su responsabilidad.

Pero el problema no es la OISOE, sino los intocables que han sido beneficiados en pasar por ella haciéndose millonarios a través de los más aborrecibles mecanismos, cuya impunidad ha hecho desviar todos los renglones de una justicia, que nació torcida. El problema es que mientras siga habiendo impunidad total para los corruptos políticos, todas las mafias crecerán como la verdolaga en cualquier institución, sea esta legítima o no.

Mientras la sociedad esté dividida entre una casta de privilegiados que todo lo puede, desde violar la ley hasta enriquecerse ilícita e impunemente, y la separación de los poderes del Estado solo sirva para crear más posiciones, salarios y privilegios y no para producir los debidos contrapesos; nada impedirá que el cáncer de la corrupción siga expandiéndose a todos los niveles y el desarrollo del país y las esperanzas de mejorías para su población estarán castrados por un modelo corrupto, al que ya no le alcanza el abultado presupuesto nacional para sustentarse y requiere cada vez más de endeudamientos para seguir alimentando al leviatán.

Entre tanta falta de transparencia y manejos ocultos hay dos cosas que están muy claras, ni este escándalo de la OISOE se limita a los presuntos implicados porque ninguna mafia como esta crece sin ser apadrinada por un jefe, oficial u oficioso, ni esta es la única dependencia en que existen tales mafias, sino que esta se puso al descubierto porque una de sus víctimas con su supuesto suicidio y carta de despedida, destapó la caja de Pandora.

“O hagan el árbol excelente y su fruto excelente, o hagan el árbol podrido y su fruto podrido; porque por su fruto se conoce el árbol”, dijo Jesucristo. Definitivamente que nuestros gobernantes han querido hacer del Estado un árbol podrido, por eso mientras la ciudadanía no se empodere y logre hacer que el árbol se sane, no podremos esperar buenos frutos ni en la OISOE ni en ningún otro organismo del Estado.

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