¿Usted es clase baja? ¡Tu madre!

¿Puede un hogar de 4 personas con un ingreso mensual de RD$41,112 ser considerado de clase media? La respuesta depende de lo que entendamos por clase media o de los parámetros que se utilicen para definir los hogares que caen en esa categoría.

¿Puede un hogar de 4 personas con un ingreso mensual de RD$41,112 ser considerado de clase media? La respuesta depende de lo que entendamos por clase media o de los parámetros que se utilicen para definir los hogares que caen en esa categoría. Una metodología utilizada define los hogares de clase media como aquellos cuyo ingreso cae en el intervalo determinado por un límite inferior equivalente al 50% de la mediana del ingreso de la población y un límite superior dado por el 150% del valor de la misma. No usa la media debido a que la distribución desigual del ingreso, genera un valor de la media mayor que el de la mediana. Otra metodología es la de estratos socioeconómicos. Esta clasifica la población en 5 estratos (A,B,C,D y E). El nivel educacional del jefe de hogar, el material de los pisos de la vivienda, la cantidad de personas viviendo en ella, el número de habitaciones para dormir, y las infraestructuras, equipos y electrodomésticos del hogar son las variables utilizadas para construir los estratos. El ingreso no es tenido en cuenta. Bajo esta metodología, los estratos B y C determinan el porcentaje de hogares de clase media.

Otro enfoque, denominado como el “no pobres – no ricos”, estima la clase media estableciendo un intervalo de ingreso per-cápita diario cuyo límite inferior es la línea nacional de pobreza del país y el superior los US$50 al tipo de cambio de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) del Banco Mundial que separa la clase media de la alta. Ese intervalo arroja un primer estimado. Con informaciones de las encuestas de hogares se estima el porcentaje de hogares pobres subjetivos: aquellos que se autodefinen como pobres a pesar de tener ingresos por encima de la línea de pobreza. Este porcentaje se deduce del primer estimado y el resultado constituye la población de clase media.

La metodología más utilizada para estimar la clase media es la elaborada por un equipo del Banco Mundial y recogida en la publicación del 2013 “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”. Esta metodología ha sido utilizada por el PNUD para análisis comparativos. Aquí se define la clase media como aquellos hogares cuyo un ingreso per-cápita diario está dentro del rango US$10 – US$50 PPA. Si la mujer y los dos hijos no trabajan, el hogar caería en la categoría de clase media si el jefe del hogar percibe un ingreso mensual que oscila entre US$1,217 y US$6,083 PPA, que en el caso dominicano, a marzo del 2015, generaría un rango entre RD$41,112 y RD$205,560 mensuales.

¿Cómo llegó el Banco Mundial a ese nivel de US$10 para fijar el límite inferior que define a la clase media? Observando el rango de ingresos de los hogares en los países de la región que frente a perturbaciones mostraron una probabilidad de 10% o más en los próximos 5 años de caer de nuevo en la pobreza, es decir, de percibir un ingreso per-cápita diario inferior a US$4 PPA. Se encontró que los hogares con un ingreso per-cápita diario entre US$4 y US$10 PPA, tenían esa característica.

Utilizando esta última metodología del Banco Mundial/PNUD y las informaciones de ingreso que se obtienen de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo del Banco Central (ENFT), el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo estimó la población de clase media en el país en el período marzo 2000 – marzo 2015. Tomando el promedio aritmético de las estimaciones de marzo y septiembre de cada año, se puede observar que mientras en el 2000 el 31.2% de la población caía en la categoría de clase media, en marzo del 2015 era de sólo 28.9%. La crisis bancaria del 2003-2004 convirtió en pobres y/o pobres vulnerables el 44% de la clase media dominicana existente a inicios del siglo XXI. En los últimos 10 años, la clase media se ha expandido en el país, pasando de 17.4% en el 2004 a 28.9% de la población en marzo del 2015, pero todavía no remontamos los niveles del 2000-2002.

En el 2012, año de la más reciente información comparada disponible sobre el tamaño de la clase media estimada con esta metodología, aparecíamos en la posición 14 en el ranking regional. Es probable que cuando se actualice al 2015, estaremos en la posición 8 ó 9, muy cerca de Bolivia y Colombia.

Resulta interesante resaltar que cuando a los dominicanos se les pregunta a cuál clase pertenecen, el porcentaje de los que se autodefinen como clase media son muy superiores a los que se obtienen utilizando la metodología del Banco Mundial. ¿Efecto “comparonería” de los de abajo? ¿Efecto vergüenza de los de arriba? Este fenómeno no es exclusivo de República Dominicana. En la gran mayoría de los países de la región el tamaño de la clase media que resulta de encuestas de auto-posicionamiento subjetivo es mayor que el resultado de aplicar una metodología objetiva como la utilizada por Banco Mundial/PNUD. La evidencia en América Latina parece apuntar más a la subestimación de estatus de personas que pertenecen a la clase alta. En el 2015, apenas el 1% de los chilenos se autodefinió de clase alta. Aquí lo hizo un 11%, muy por encima del 0.9% que resulta de la metodología del Banco Mundial. ¿Comparonería nuestra?
Igualmente interesante es la aparente correlación existente entre las variaciones del estimado de estatus social objetivo y el subjetivo en el caso dominicano para la clase media. Mientras el estimado objetivo apunta a un aumento de 7.2 puntos porcentuales en la población de clase media entre el 2013 y el 2015, el estimado subjetivo recogido por Latinobarómetro registra un aumento de 5 puntos.

¿Alguna otra explicación posible? Alguien podría indicar que el dominicano es chivo por naturaleza y que no va a revelar nunca al encuestador cuánto realmente es su ingreso. Los datos oficiales parecerían validar esta hipótesis. Mientras las cifras de las Cuentas Nacionales del Banco Central indican que en el 2012 el ingreso per-cápita anual -en dólares constantes PPA del 2005- era de US$8,403, el que se obtiene de la ENFT lo sitúa en US$2,968, lo que implicaría una sub-declaración de casi 65%. De nuevo, esta no es una disparidad exclusiva de nuestro país. En Chile es de 68% y en México 77%.

Lo que sí amerita un análisis más riguroso es determinar el porqué, según las estadísticas oficiales, la sub-declaración en República Dominicana se ha casi triplicado entre 1996 y 2012. Si ésta se debe a una subestimación creciente de los ingresos declarados en encuestas por los estratos de altos ingresos, el problema de la desigualdad es mucho más intenso que el reflejado por el índice de Gini calculado con datos de la ENFT. ¿Puede creerse que apenas 93,000 dominicanos ganan RD$51,390 o más al mes? En un país donde “la cosa tá dura” y “la cosa tá floja” son sinónimos, la credibilidad no tiene precio.

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