Dinero y riqueza

“Esa persona es rica; tiene mucho dinero”, solemos oír. Pero dinero y riqueza no son la misma cosa. Si así fuese, bastaría con que los bancos centrales imprimiesen billetes y los repartiesen entre la población. ¡Se acabaría la pobreza!

“Esa persona es rica; tiene mucho dinero”, solemos oír. Pero dinero y riqueza no son la misma cosa. Si así fuese, bastaría con que los bancos centrales imprimiesen billetes y los repartiesen entre la población. ¡Se acabaría la pobreza!

De sobra sabemos que no funciona así. El dinero no es riqueza, sino una representación de la misma. Cuanto más se imprime sin que lo acompañe un respaldo de bienes y servicios, menos vale y menos puede comprar.

Es como si nos entregasen un cupón, que podemos cambiar por una libra de arroz. La factoría tiene una capacidad limitada para producirlo. Si de repente se repartiesen cupones por encima de esa capacidad, nuestro cupón iría perdiendo valor. La factoría no daría abasto atendiendo a tanta gente, y es hasta probable que cuando lleguemos, no quedase arroz para nosotros.

Por más dinero que circule, si no se producen bienes y servicios, no hay riqueza. Estos bienes y servicios (o verdadera riqueza) son los que respaldan su valor. Cuando hay en circulación más dinero que producción, ocurre lo que se conoce como inflación.

Con demasiada frecuencia, los gobiernos aumentan la cantidad de dinero por encima de la producción real. Lo hacen porque es una forma de sacar dinero del bolsillo de las personas, sin que éstas se den cuenta. Crean inflación y como los salarios se indexan, la gente cae en tramos impositivos más altos. Entonces recaudan más, sin tener que poner un odioso impuesto directo. Cuando todo sube de precio, culpan a los especuladores, a los comerciantes sin escrúpulos y a los banqueros avaros. El verdadero causante no responde por sus consecuencias.

Todos los países funcionan bajo la creencia de que algo de inflación es necesario para evitar las recesiones. Pero la inflación se ha permitido, y las recesiones han seguido ocurriendo. Y es que evitar recesiones y crear riqueza tiene que ver con inversiones productivas y prudentes, con ideas novedosas, con ambientes amistosos para arriesgarse y trabajar con optimismo, con instituciones fiables, con un Estado facilitador y no entorpecedor, con recursos humanos capaces… Demasiado bueno sería que se lograra “imprimiendo papelitos”.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas