Ayuda para Anse-à-Pitres

Anse-à-Pitres es la comunidad haitiana más pobre de las que hacen frontera con República Dominicana. Situada al sureste de Puerto Príncipe, colinda con Pedernales, y ahí se establecieron 729 familias que habitaban en la zona rural de esa provincia.&#

Anse-à-Pitres es la comunidad haitiana más pobre de las que hacen frontera con República Dominicana. Situada al sureste de Puerto Príncipe, colinda con Pedernales, y ahí se establecieron 729 familias que habitaban en la zona rural de esa provincia. Retornaron al término del plan de regularización, pues no pudieron llenar los requisitos para permanecer aquí.

Natalí Faxas, reportera de este diario, narra las condiciones en que desenvuelven ahora sus vidas. Bajo improvisados techos plásticos, de cartones, de hojalatas o zinc, sin ningún tipo de servicio, a ras del suelo, están olvidados por quienes detentan el poder con alguna capacidad mínima para auxiliarlos. Quizás es pedir demasiado, porque los residentes tradicionales de Anse-à-Pitres, si bien sus condiciones distan mucho de las de estos recién llegados, igual padecen toda clase de necesidades.

En la zona montañosa de Pedernales, como trabajadores agrícolas o realizando cultivos estacionales de sobrevivencia, al menos recibían algunos ingresos. La nueva realidad los sitúa por debajo de la pobreza extrema.

A 140 kilómetros por una carretera sólo transitable en vehículos todoterreno, la comunicación con Puerto Príncipe resulta difícil. De hecho, la supervivencia de Anse-à-Pitres depende de la escasa ayuda humanitaria y un pobre intercambio comercial con Pedernales, donde todavía laboran muchos haitianos.

El cuadro es desgarrador. Convoca a la solidaridad. Ahora esa gente recibe alguna ayuda alimentaria y acompañamiento espiritual, pero es casi igual a nada.

Habitar en chozas sin sanitarios que no sea la misma vecindad, sin agua potable, sin medios mínimos, supone un progresivo deterioro humano. Necesitan auxilio. Es la hora en que personas y organizaciones amigas deben movilizarse, con alimentos y recursos mínimos para la sobrevivencia.
Pero algunas personas, entidades y medios noticiosos internacionales prefieren retratar el drama y señalar a la República Dominicana. De hecho, con los pocos recursos que muchos haitianos obtienen con su trabajo en Pedernales, se ayuda a atenuar la situación.

Pero se requiere más que eso. Esas comunidades constituyen una oportunidad para que los sentimientos humanitarios se materialicen. Todas esas entidades preocupadas por los derechos humanos tienen ahí motivos trascendentes para movilizarse por una causa cierta.
Anse-à-Pitres necesita ayuda.

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