El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) deploró este miércoles que el país viva una crisis aguda de institucionalidad, que se expresa en vacíos, confusiones y distorsiones y advirtió que los efectos nocivos de la corrupción se extienden a toda la sociedad.
Servio Tulio Castaños resaltó que hay un constante divorcio entre el discurso y la práctica de las instituciones y las autoridades con relación a cómo encarar el futuro y determinar las prioridades de la nación.
“Nos preocupan las señales que indican la gravedad de muchos problemas: la intolerancia que reina en la discusión de los temas sociales, económicos y políticos; la falta de voluntad para escuchar las posiciones diferentes y la descalificación de los contrarios”, dijo.
Durante su discurso en la cuadragésima cuarta “Conferencia de Otoño dedicada al doctor Elizardo Pérez Espinosa”, organizada por la Asociación Internacional de Club de Leones, Castaños indicó que es preocupante que muchos líderes y dirigentes sociales no estén sintonizados con las necesidades de las mayorías del país.
“Nos inquieta que los propios mecanismos institucionales creados por las leyes sean ignorados por algunas autoridades, actuando con actitudes de dueños de la verdad, en lugar de ser dirigentes, conductores sociales y líderes a los que las comunidades, hombres y mujeres sencillos, les han dado poder para representarlos”, agregó.
Deploró que vivimos en un país que debería estar en una mejor posición y que sin embargo está en muchos últimos lugares en índices sociales importantes a escala mundial. “Esto contrasta con las reformas introducidas en los últimos años, en la búsqueda de superar las brechas que la desigualdad, la intolerancia y el autoritarismo crearon en nuestra historia”.
En ese ámbito, recordó que en el último Informe de Competitividad Global, República Dominicana se encuentra entre los 25 países con menor índice de institucionalidad, de los 148 evaluados. Condenó las posiciones en otros ránkings, entre estos el sexto lugar entre países donde más fondos públicos se desvían hacia áreas ilegales, tanto para causas personales como para fines de mantener el sistema político vigente, basado en el clientelismo, el populismo y el tráfico de influencias. Además, “estamos entre los diez últimos países del mundo con mayor dispendio y desperdicio de gasto público”.
En otro orden, cuestionó la prestación de servicios públicos de las instituciones, en las que existen exceso de burocracia y papeleo, la lentitud en los servicios y pobre proactividad en el Estado, los cuales dijo dañan la competitividad y la atracción de inversiones.
El vicepresidente ejecutivo de la Finjus se refirió también a la situación del sistema de justicia, “que sigue adoleciendo de múltiples carencias e impide el acceso de la mayoría de la población a sus servicios, como lo plantea la Constitución”.
Servio Tulio Castaños condenó que las instituciones del sistema de justicia se hayan convertido en las cenicientas del Estado e indicó que faltan por instalar más de 100 tribunales en diferentes jurisdicciones, como las de niños, niñas y adolescentes, el área laboral y de tierras.
