Conflicto

La empresa Uber, que se define como un intermediario tecnológico entre público y servicios de transporte, acaba de hacer su entrada en nuestro país y las protestas de los “sindicatos” de taxis tradicionales no se han hecho esperar. Pero al margen del acostumbrado terrorismo de “los dueños del país”, en realidad Uber ha dejado una estela de conflicto y protesta en ciudades de los 57 países donde está ya operando. Es un choque entre innovación tecnológica y servidores tradicionales, que ven amenazada su economía, un episodio propio de esta época de cambio de era. Uber no se define como empresa de taxis, pero sus contrarios afirman que lo es. Parece ser que nuestros tribunales tendrían que zanjar la disputa y ¡Ojalá!