De extrema gravedad

¿Cuántas veces veremos a la sociedad estremecida, en corto tiempo, con tantos casos escandalosos, como si se siguiera un guion dirigido a adormecernos, de suerte tal que aceptemos como normal cualquier hecho que se sale de toda norma?¿Es…

¿Cuántas veces veremos a la sociedad estremecida, en corto tiempo, con tantos casos escandalosos, como si se siguiera un guion dirigido a adormecernos, de suerte tal que aceptemos como normal cualquier hecho que se sale de toda norma?

¿Es que el conglomerado social ha entrado en una pendiente sin retorno, en que los valores más caros se relativizan o se pierden, y cada quien busca, de cualquier forma, y a cualquier precio, los medios para conseguir sus fines, sin considerar siquiera los propios riesgos, la familia, el buen nombre, la dignidad y la buena fama?

¿Hacia dónde vamos? Es una pregunta obligada para todos. Para los de abajo y para quienes tienen algún nivel, por mínimo que sea, de responsabilidad ciudadana o pública.

¿Es posible que seis jueces de la República, uno de ellos miembro del Consejo Superior del Poder Judicial, sean procesados a consecuencia de una investigación de la Procuraduría General de la República, que sostiene que se organizaron como una asociación de malhechores, para obrar a conveniencia de criminales, corrompiendo la función que le ha sido encomendada?

Quisiéramos pensar que todo lo que se está viendo es una pesadilla de la cual pronto estaremos despertando.

La sociedad no puede seguir así. Por fortuna, hay un Ministerio Público que, con las debilidades que a veces acusa, luce interesado en adecentar la función pública e imponer el imperio de la ley.

El Poder Judicial debe agotar todos los procedimientos para determinar de manera fehaciente el alcance de los crímenes que se anuncian por cuenta de unos señores llamados a hacer cumplir la ley.

Una defraudación de ese alcance es doblemente malvada. Es un daño grave, una traición incalificable a la justicia, a todos, al país. ¡Qué pena que estemos llegando a estos límites!

Margarita

Margarita Cordero es Premio Nacional de Periodismo. Con este reconocimiento se acrecienta la libertad de pensamiento, de opinión, la libre expresión. El disentimiento y la crítica que ella misma suele encarnar, se robustece.

Margarita, Margot, es una luchadora que ha contribuido a elevar el periodismo, desde el punto de vista profesional (calidad) y humano (integridad).
¡Vibrantes felicitaciones!

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