007 Spectre

Con un excelente plano-secuencia de 4 minutos justos engalanado por el visual inconfundible de la fiesta del Día de los Muertos en México y la fusión sonora de la música autóctona de esa festividad con la también característica y célebre música&#

Con un excelente plano-secuencia de 4 minutos justos engalanado por el visual inconfundible de la fiesta del Día de los Muertos en México y la fusión sonora de la música autóctona de esa festividad con la también característica y célebre música que inicia los filmes del agente 007, inicia este inusitado viaje cinematográfico. Por supuesto, como en la gran mayoría de estos filmes, va decayendo al final en el tercer acto; empieza bien arriba y va menguando el ritmo y la espectacularidad. De entrada, la narrativa es vigorosamente polisémica sobre la lucha entre los personajes alegóricos a la vida contra los de la muerte, una táctica que suele emplearse para cubrir cualquier vaguedad narrativa que solo se ve en la proyección, un recurso para hacer magnetizar al espectador, por eso ese tipo de inicio con personajes fantasmagóricos de fiestas populares que datan de siglos y pueblan el imaginario popular. Todo lo que hemos visto en esa veintena de filmes del agente 007, sus mundos característicos, están en este esplendoroso filme, entre estos la vuelta de la organización criminal “spectre”, dirigida esta vez por un siniestro personaje encarnado por el genial actor Christop Waltz, volviendo con su gestualidad característica del oficial nazi en Malditos Bastardos. Asimismo, el filme se vale de los escenarios icónicos que mueven la historia iniciando cada giro dramático en un país diferente, uno de los mejores trucos narrativos de esta saga. Otra característica engatusadora del agente 007 es su absoluta impavidez en momentos y lugares difíciles en los que a cualquiera se le pondría la carne de gallina, tal cual ocurre en el inicio del filme. Lo que sí innova esta saga, no visto en anteriores filmes, es el pesar íntimo del agente 007 que viene mostrado en la trama con bucles en el tiempo y metáforas faustianas (insatisfecho con su vida), lo que obviamente le incorpora una profundidad dramática fascinante ya que envuelve también vistas freudianas como el “fehlleistung” (las palabras de los diálogos no se corresponden con la intención de quién las dice, o son contrarias), técnica muy usada en la construcción de personajes, y bien resueltas por la dirección. La desventaja va para el villano repleto de clichés, más en la onda de parodiar a los célebres villanos de otros filmes de James Bond. l
HHHH : Dirección: Sam Mendes. Guión: John Logan, Neal Purvis, Robert Wade, Jez
Butterworth. Duración: 148 minutos

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