Las Vegas, Nevada. “Vine, vi y vencí”. La legendaria frase es atribuida a dos grandes hombres de la antigüedad: Alejandro Magno o Julio César. La madrugada de este domingo un atleta de México, que quizás no haya leído en ningún libro la histórica frase, puso en práctica que cuando se hace el esfuerzo, en cualquier actividad que se desempeñe el ser humano, el triunfo puede llegar. Saúl -Canelo- Álvarez llegó a Las Vegas, vio y venció.
Canelo-Álvarez, con una exhibición de boxeo, logró coronarse como nuevo campeón mundial del peso mediano al derrotar por decisión unánime al puertorriqueño Miguel Cotto. El joven púgil nativo de Guadalajara, de 25 años, aunque no pudo noquear al veterano peleador boricua, sí conectó anestesiantes golpes que casi lo llevan a la lona para la fatídica cuenta de los diez segundos y de esa manera cristalizar el nocaut.
El combate, montado en el Events Center de esta ciudad y con la presencia de más de 20, 000 personas, fue violento de principio a fin. Los tres jueces, que dieron una decisión unánime, marcaron en sus cartulinas así: 118-110, 117-111 y 119-109. La tarjeta de este periodista fue la siguiente: 116-111, también para Canelo Álvarez. En el primer tercio de la pelea, Canelo Álvarez, quien mejoró su foja profesional en 46-1-1 con 33 victorias por nocaut, pegó con anestesiantes puños, pero Cotto supo asimilar. El boricua, que sufrió su quinta derrota en 41 subidas al ring, 33 por nocaut, terminó la riña con los ojos magullados producto de los limpios puños que le asestó su rival.
