¿Por qué luchar contra lo inevitable?

¿Cuánto tiempo perdemos tratando de cambiar ciertas realidades? Cosas que por más que nos empeñemos jamás dejarán de ser como son o como el otro ha decidido que sean.No es que no debamos luchar por mejorar lo que sentimos que no…

¿Cuánto tiempo perdemos tratando de cambiar ciertas realidades? Cosas que por más que nos empeñemos jamás dejarán de ser como son o como el otro ha decidido que sean.

No es que no debamos luchar por mejorar lo que sentimos que no anda del todo bien, no. Se trata de saber entender cuándo algunas situaciones o el proceder de algunas personas es de cierta manera y sencillamente no existe forma alguna de cambiarla.

No entiendo por qué, muchas veces, los sentimientos tienden a nublarnos el sentido, la razón y nos impiden pensar de manera lógica e inteligente.

Esperar, que por creernos especiales y que todo lo que ponemos en una relación es lo mejor de nosotros y que así deben verlo y sentirlo los demás, es un grave error que conduce a la más profunda tristeza cuando comprobamos que para quien o quienes más nos importan, eso que para nosotros era lo mejor que podíamos dar, era solo algo más. Una cosa sin mayor valor que lo que entienden podrían encontrar en cualquier otro lugar y con cualquier otra persona.
Siempre recordaré la reflexión que afirma más o menos lo siguiente: “El mayor sufrimiento de un ser humano radica en esperar siempre algo de los demás”, y yo le agrego, que esperar que el otro sentirá lo mismo, que valorará las cosas en la misma proporción que nosotros, será la causa de dolorosos fracasos y de frustraciones innecesarias.

Muchas cosas son inevitables, es decir, que sucederán de todos modos, aunque luchemos con uñas y dientes para impedirlas, aunque se nos agoten las fuerzas y resultemos seriamente dañados en el intento porque nunca lleguen a ser, sencillamente, porque quien realmente tiene en sus manos la decisión va a permitirlas o va a propiciarlas, y nosotros sufriremos el mismo efecto que las alas de un pájaro si éste tratara de volar contra la corriente y en medio de una tormenta. Por eso, es mejor tratar de conocer a las personas en las cuales depositamos nuestros sentimientos y confianza, así como tener bien claro cuáles cosas son imposibles de cambiar para no luchar por remediar situaciones irremediables.

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