El proceso contra el senador Bautista motivó mucha adhesión en favor del Procurador General de la República. Incluso las deficiencias en la acusación no invalidaban la misma, como muestran los votos disidentes. Pero la decisión de Domínguez Brito de no recurrir la decisión de la Suprema Corte de Justicia que ratifica el no ha lugar a la investigación que se le llevaba al senador Félix Bautista y comparte, ya que la actual Suprema no le merece confianza, ha mellado su figura ante la opinión pública, da mucha tela por donde cortar y cualquier conjetura podría ser cierta.
1. Era presión al expresidente Fernández y su entorno, para que la reelección pasara. 2. Si el procurador recurre, como los jueces que han conocido parte del proceso no podrán estar en el pleno, habrá que “subir” jueces de Cortes de Apelación, lo que hará el control y manipulación más difícil. Pero quiere vender otra idea, faltando a su deber y al reclamo de la sociedad que dice representar.
Ahora, quizás como cortina de humo, el Procurador inicia una investigación contra jueces y exjueces, en total cinco, con un “informe de investigación” que, a menos que sea la punta de un iceberg gigantesco y contundente, no tiene una sólida base probatoria. Cuestionar jueces por decisiones dadas dentro del ejercicio de sus funciones no es suficiente para probarles nada, por lo menos teóricamente. Incluso, decisiones como esas las han dado en algún momento todos los jueces penales del país, a veces como un ejercicio de su criterio como juzgador, otras porque las acusaciones son deficientes. Además, en sentido contrario, cuando el ministerio público acuerda con “presuntos” narcos, lavadores o falsificadores de medicamentos, ¿deberíamos cuestionarlos entonces?
De paso el “debido proceso y la seguridad jurídica” no existe ni para los mismos jueces. El Consejo del Poder Judicial suspendió y sin disfrute de salario a los investigados. Una sanción previa. Cabe cuestionar: donde está el derecho al buen nombre y el honor, el estado de inocencia y todas esas teorías que propugnamos.
El Procurador, cosas de la vida, acude a la Suprema Corte de Justicia en la cual él dice no creer para limpiar la judicatura. No entiendo.
Es positivo “remenear la mata” de la “justicia”, pero el problema no son esos cinco, es otro, y el Procurador se ha hecho cómplice. Ahora, como la investigación “inició”, que llegue hasta las últimas consecuencias, y quien tenga responsabilidad que pague por ello. La sociedad lo agradecerá.
Otro aspecto del problema es que el Ministerio Público quiere ganar los casos en la prensa, y si no le fallan lo que quiere, recusa a los jueces o les promueve procesos disciplinarios. Así las cosas no marcharán bien pues nadie está seguro y los jueces de carrera, tienen una mezcla de temor e indignación, lo cual no es bueno.
Un juez con temor no es garantía para nadie. Necesitamos jueces valientes, empoderados y responsables que realicen sus funciones apegados a la Constitución y sirvan de contrapeso al poder, solo así se ganarán el respeto del país e impartirán una verdadera justicia.
Al respecto propongo: a) Sobre el procurador: Que renuncie. Tanto por no recurrir la decisión del senador Bautista, lo cual era su deber, como por no creer en el sistema de justicia del cual él forma parte (art. 169 Constitución); b) Sobre la “justicia”: Una medida extrema, eliminar la carrera judicial y volver al sistema anterior a 1997, a los fines prácticos estamos casi en lo mismo.
Pero antes cancelar a todos los jueces de carrera del país y exigirle a los nuevos que escoja el “honorable” senado de la República que dejen sus cabezas a la entrada de los tribunales, que no se atrevan a pensar y ser independientes, como en “La mancha indeleble”, el fino cuento político de Juan Bosch.
Y todo, como en el Gatopardo, seguirá igual después del cambio.
