Robinson Canó: “Jugué con una hernia desde junio”

San Pedro de Macorís.- En los últimos días, los rumores han colocado en el “ojo del huracán” al intermedista Robinson Canó por su rendimiento la pasada temporada con los Marineros de Seattle. Pero, lo que muchos no saben…

San Pedro de Macorís.- En los últimos días, los rumores han colocado en el “ojo del huracán” al intermedista Robinson Canó por su rendimiento la pasada temporada con los Marineros de Seattle. Pero, lo que muchos no saben es que detrás de su segundo año con los Marineros, en el que no bateó por encima de los .300 puntos, se encontraban dos hernias que le impedían jugar como de costumbre. “Jugué desde junio con una hernia que ni yo sabía lo que era”, afirmó Robinson Canó durante el acto de inauguración de la escuela RC-22 Dream, que construyó en la “Sultana del Este”. “Hasta los últimos cuatro días de la temporada que me hice una resonancia magnética, no salió nada y me tuve que hacer un ultrasonido”, agregó.

Hace una semana el ex coach de bateo de Seattle, Andy Van Slyde, habló sobre el fracaso de los Marineros con Robinson Canó, culpándolo por su pobre ofensiva la pasada campaña. “Es el peor jugador que he visto. Es el peor segunda base defensivo que he visto en 20 años en Grandes Ligas, con una pobre ofensiva y eso costó los puestos de trabajos de algunos”, dijo Van Slyke, quien fue despedido, junto con el mánager Lloyd McClendon y otros entrenadores, además del gerente Jack Zduriencik. Ante esas declaraciones, Canó, con un semblante firme y decidido dijo “que cada quien es libre de decir lo que quiere, no están dentro de mí, no saben. En realidad, sé lo que puedo dar, lo que tengo y sé cómo jugué”.

Seguir hacia adelante

A pesar de jugar con dos músculos ligados al abdomen, que terminaron en una operación al finalizar la campaña, y que limitaron su actuación en la primera mitad de la temporada, por la cabeza de Canó nunca pasó la idea de detenerse.

“Soy de los que digo que no me gusta sentarme a ver un juego de pelota. Me encanta el béisbol, amo lo que hago y esto es lo que sé hacer”, dijo Canó, quien agregó que ya se siente mejor y que la próxima semana iniciará los entrenamientos establecidos, luego de atravesar por dos operaciones de hernia. Aun así terminó con .287 de promedio, 21 cuadrangulares y 79 impulsadas con una segunda mitad muy fuerte.

“O se jode completo o mejoramos”, fueron las palabras de aliento que mantenía el petromacorisano ante el dolor que cada día se hacía inminente en su cuerpo. “Lo más difícil es jugar con molestias. A veces me levantaba con un dolor increíble. Pero como comencé, muchos pensaban que no iba a terminar así la temporada. Comencé más lento que muchos y terminé mejor que muchos”, manifestó Canó, de 33 años.

Estar en salud

Ahora, en el radar del segunda base para le venidera campaña, lo único que anhela es mantenerse en salud para poder demostrar un buen desempeño en las Mayores.

“Nadie sabe lo que puede pasar el próximo año. La mente mía es dar lo mejor de mí y hacer lo que sé hacer que es jugar béisbol. Poner todas las críticas a un lado y seguir jugando pelota”, expresó. ¿Ya no recuerda a los Yankees? Se le preguntó a Canó en relación a los rumores que han circulado hace dos días acerca de una supuesta declaración expresada por un viejo amigo suyo, que expuso que el segunda base “no está feliz en Seattle”. “Nunca”, sentenció Canó con una perspicaz sonrisa.

Aseguró sentirse cómodo y a gusto en la ciudad de Seattle. Además, manifestó la buena relación que hay con el nuevo gerente, Jerry Dipoto, y el dirigente Scott Servais, en la cual se han reunido y han hablado sobre los movimientos para mejorar el equipo con el fin de revertir el mal año, donde finalizaron en el cuarto lugar con 76 victorias y 86 derrotas, en la División Oeste de la Liga Americana.

“Lo que no tuvimos el año pasado fue suerte, vi que no estábamos completos pero creo que el equipo sabe lo que necesita y lo que debe de buscar”, dijo Canó.

Escuela RC-22, una realidad

Al fin la espera ha concluido para Canó, quien ayer dejó inaugurada la escuela RC-22 Dream, durante un acto realizado en la urbanización Marina, en San Pedro de Macorís. “Siempre ha sido un sueño. La meta es darle una buena educación a los niños”, expresó Canó acerca del proyecto que venía acariciando desde hace tiempo. La escuela RC-22 Dream, que servirá para brindarle educación Montessori a 100 infantes, a partir de tres años en adelante, específicamente construida en el Barrio Lindo de esa provincia, abrirá sus puertas este lunes.

“Con una buena educación, puedes ser alguien en la vida”, así se refirió el jugador de 11 temporadas en las Grandes Ligas. Esta es la primera escuela educativa de 22 que tiene planteada Canó como el número de su camiseta que utiliza con los Marineros de Seattle.

La obra se realizó en dos años y medio, gracias a las recaudaciones de su fundación RC-22, creada y presidida por el jugador. También contó con las orientaciones de la agencia que lo representa, Roc Nation Sports, que dirige el artista Jay-Z.

Es un una instalación de dos pisos, que contará con salones ambientados basados en la enseñanza del método Montessori, además de una área de biblioteca, música, tecnología, idiomas, juegos de recreación, un comedor preparado con un alto grado nutricional y un multiuso para las actividades, que serán parte de esta escuela de lujo que ofrecerá educación de alto nivel de forma gratuita.

No accionará con las Estrellas

El estelar segunda base de los Marineros dejó entrever ayer que su participación con las Estrellas Orientales para esta contienda invernal sería muy difícil debido al proceso de recuperación que atravesó a causa de las dos hernias.

“Bueno, no creo. El año pasado se me dio un permiso por lo de mi abuelo. Me gustaría, pero ahora vengo de dos hernias. Y no sé lo que el equipo va a decidir”, dijo Canó, quien jugó en cinco encuentros la temporada pasada (Round Robin y serie final) con los Orientales.

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