Una gran parte de la población dominicana no puede consumir lo mínimo para vivir con dignidad, desgraciadamente. Otra, mejor posicionada, puede hacerlo incluso en exceso. Cuando nos damos a la práctica de adquirir bienes no esenciales o imprescindibles, incurrimos en consumismo, cuestión digna de reflexión. Ayer fue Viernes Negro y el próximo lunes es Cyber Lunes, fechas comerciales ya “naturalizadas”, y quedan aun las compras de fin de año. Es una época marcada por bombardeo publicitario incesante y fiebre consumista; el marketing crea nuevas necesidades para llevarnos a consumir en vez de ahorrar. La persona con ingresos medios o bajos tiene entonces que ponderar ser consumidor responsable o basar su satisfacción personal o incluso su felicidad en el consumismo.
Meditemos.
Consumismo
Una gran parte de la población dominicana no puede consumir lo mínimo para vivir con dignidad, desgraciadamente. Otra, mejor posicionada, puede hacerlo incluso en exceso. Cuando nos damos a la práctica de adquirir bienes no esenciales o imprescindibles